OPINOMETRO

Blanco&negro

   Por:

   Alexander  MUÑOZ

   Titulo: Planificar antes de abortar

   Fecha:   noviembre 22 de 2.011 

Después   del 20-N, y  de un buen ejercicio democrático, nos queda el desgaste y las parafrases del día después. Comparado con los  anticonceptivos, el aborto, y una jaqueca de bar de más de dos copas de pachará, puedo  decir un par de cosas.

Gozamos de una eyaculación salival durante un periodo electoral  de dos rivales que por cierto  la píldora del día después fue consumida inmediatamente conocidos los resultados favorables; creo que ya estamos acostumbrados a que el politiquero de turno nos den caramelos y nos endulce durante un cortísimo periodo electorero y posterior a este nos de la patadita de la buena suerte. Estamos ya tan aclimatados a las falacias de campaña electoral que  ya todo nos resulta igual, y todo nos da igual.  Se desacreditan los valores, se  devalúan los principios, se pone en entredicho la razón, y la inteligencia parece ser, un grano de maíz en la cabeza.  Los valores se invierten y con estos la razón y la filosofía de la política pierden su esencia,  la política de ser un arte de servir, de administrar, de servicio público, y de hacer las cosas bien, pasan aun segundo plano llamado politiquería; metiendo en un saco, a todo aquel que quiera hacer de este arte, un sano ejercicio de la democracia. Las nuevas frases de la política como: se acuñan y se ponen de boca en boca como palabras celebres que deberían ir al diccionario ético.

Las promesas y  programas de gobierno se abortarán como se aborta cualquier aborto clandestino, dejando a un Juan Pueblo con la ilusión de  haber participado de un cambio o del cumplido con la democracia misma.  Sabemos que después del 20-N lo esbozado y esgrimido en cartas y plegables de papel fino y de membretes de colores pasará como un saludo a la bandera; sabemos que los programas  de gobierno solo aparecen en libros y cátedra universitaria, y que por ende hemos perdido el año.

Los resultados si que dan dolor de cabeza y si que dan jaqueca, son como cuando nos ponemos una borrachera  de pachara y luego nos vamos a casa. Casi sonámbulos, casi idos.  Si que pacharan muchas cosas, si que nos dolerá mucho la cabeza a causa del arrivismo, del revanchismo, de la indolencia y de la insensatez.  El cuento del pastorcillo mentiroso vuelve y cobra vigencia, luego de que se advierte de que viene le lobo con sus ojos desorbitados  a comerse las ovejas; y vuelve y se advierte, y los pobladores en autismo y ausentismo desoyen los gritos del pastor. Pero como el pastor se vende como el que aviva una vos mentirosa, la mentira cobra valor insuperable.

Confío en que podamos visualizar un modelo democrático capaz de superar las dificultades,  capaz de reconocer que el problema no son los partidos políticos, que el problema no es la izquierda o la derecha; que podamos discernir sobre la filosofía misma de los partidos que entre otras todas son interesantes, que podamos apostar por nuestros jóvenes y por los nuevos partidos sin temor a equivocarnos, porque los partidos no se equivocan; se equivocan sus dirigentes y hacia ellos debe corresponder un castigo y ese debe ser en las urnas.  Objetividad para poder llevar personas lucidas, no con aureolas, pero sí lideres comprometidos con el ser, con la persona y con la defensa de derechos inalienables  reales y personales. Debemos apostar por nuevas opciones y por partidos políticos que no  encubran delincuentes, que si bien es cierto,  el sector público se presta para actos de corrupción y otros menesteres, los partidos y los ciudadanos sean maduros para atajar dichos flagelos. No se trata de desprestigiar y castigar a cierto  partido, se trata de corresponder al ciudadano que ha dado confianza para administrar los recursos públicos.  La corrupción es como la mentira; madre de todos los vicios,  esto no Lo podemos consentir, aplaudir, ni mucho menos darles un voto de confianza. De esto último es que me he querido referir después del 20-N,  planificar con píldoras anticonceptivas para no tener que abortar.