viernes, 14 de febrero de 2014

Blanco&negro

14 febrero 2014

Malla sublingual: ¿dieta o toda una tortura?

El Invima advierte que un tratamiento extremo para perder peso no está autorizado y podría acarrear serias consecuencias.

Malla sublingual: ¿dieta o toda una tortura?.

El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) informó que la malla lingual, también conocida como 'malla adelgazante', no cuenta con registro sanitario.

“Las implicaciones negativas a la salud de los usuarios podrían ser desde eventuales reacciones locales en la lengua y problemas tales como dolor, mala higiene bucal, mal aliento (halitosis), alteraciones a nivel del gusto; hasta complicaciones severas que podrían ocasionar la muerte, como consecuencia de una mala alimentación o resultado de un proceso infeccioso”, advierte el Invima.

Este dispositivo fue catalogado por la autoridad sanitaria como un producto médico fraudulento y por tanto en Colombia se encuentra prohibida su importación, comercialización y uso.

La malla se presenta como un supuesto tratamiento para la obesidad y se cose en la lengua con una sutura, en un procedimiento ambulatorio con anestesia local. Su fin es obstaculizar los mecanismos de masticación y deglución de los alimentos sólidos por un mes. Durante este tiempo, la persona debe seguir una dieta estrictamente líquida basada en caldos, gelatinas, yogurt, jugos y licuados.

El 'éxito' de este procedimiento se basa en que, al tratar de masticar los alimentos sólidos, se produce la rotura de los puntos o incluso desgarros en la lengua.

La página www.fucsia.co reportó que en ciudades como Cali, Medellín y Bogotá el costo del tratamiento oscila entre un 1.000.000 y un 1.500.000 pesos. Transcurrido un mes, la malla se retira para ser reinsertada "una semana más tarde... (y) así consecutivamente hasta lograr el peso ideal", le dijo al portal web Lina Valero, directora de la Clínica La font (Bogotá), .

El Invima hizo la advertencia en el marco de de la numerosa publicidad generada en los medios de comunicación sobre esta malla adelgazante. Además, instó a las secretarias de salud a realizar las visitas de inspección, vigilancia y control a los establecimientos que pudieran comercializarlo, para llevar a cabo las acciones legales correspondientes.

Asimismo, el ente regulador recomienda a los usuarios asegurarse de que los productos médicos que utilicen cuenten con registro sanitario y no usarlos sin consultar antes con un médico.

sábado, 1 de febrero de 2014

Comunicado de Edgar Paz Morales (PRIMER SEGMENTO)



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31 enero 2014

“Así torturaban en el batallón Charry Solano”

DESAPARECIDOSSemana.com revela la declaración de un exmiembro del M-19.

“Así torturaban en el batallón Charry Solano” .

El sargento retirado del Ejército Bernardo Alfonso Garzón, detenido esta semana en Cali, tendrá que ir frente a un fiscal de la Unidad de Derechos Humanos para que explique su participación en un caso de tortura, secuestro extorsivo y tentativa de homicidio.

El episodio se remonta a abril de 1986, cuando hombres del Ejército raptaron y torturaron a Guillermo Marín, miembro del M-19 que logró salir con vida y después de muchos años contó lo que había ocurrido. El suboficial retirado fue denominado el ‘eslabón perdido’ del Palacio de justicia porque él, según la Fiscalia, sabría detalles de lo que ocurrió con los 11 desparecidos de la cruenta toma.

Semana.com conoció en exclusiva un testimonio que rindió Marín el 25 de febrero del 2009 en un lugar de Gran Bretaña donde contó cómo fueron las torturas en el interior del Batallón de inteligencia Charry Solano, el lugar a donde presuntamente fueron llevados los desparecidos del Palacio de Justicia.

“(...) Aunque me tenían vendado, algunas veces lograba ver por debajo de la venda o cuando estaba haciendo sol, a través de la venda, y en otras que me la quitaron como cuando me dicen “somos del Charry Solano,” en otra me la quitaron para que después del caso de las tres de la tarde, como a las seis, para que escribiera todo-todo lo que supiera de personas y del barrio Corinto.

A quienes conocí, aparte de los dos que me dijeron-el de las manchas de la cara y el de la barba, que daba a entender me traía un mensaje, el mensaje de decirme quienes eran para apurarme a que tenía que decir algo o que corría con mis consecuencias. Conocí a dos que los considero mandos dentro de dicha unidad, dada su expresión su apariencia física, su vestimenta, sus responsabilidades con respecto a mis responsabilidades de sacar información.

Uno de ellos dirigía las torturas y me apretaba también, físicamente me coaxionaba. Un señor blanco, de hablado Bogotano,- Santandereano-una mezcla también, muy urgido de resultados, los torturadores, personas que me coaccionaban físicamente, tres o cuatro. Se cubrían muy bien, llegaban por detrás, llegaban de afuera, llegaban y salían después de la tortura, uno que parece el mando de todos ellos, que nunca estuvo con el anterior al mismo tiempo, no puedo decir cuál era el mando, pero si era el mando general sobre mí, momentáneo en esa camioneta.

Él les dijo el 9 de abril en la noche del nueve de abril aproximadamente una de la mañana, “tenemos otro, ustedes me los van a trabajar mejor que lo que han trabajado a este”, queriendo decir, me lo van a torturar mejor que lo que han torturado a este para sacar mejor información. Daba a entender que ya estaban fallando conmigo en como torturar para sacar información efectivamente.

Bueno, no recuerdo mucho que más si este señor me hizo preguntas a mí. Lo principal que hizo fue evaluar el trabajo de sus torturadores sobre mí, y hablar del próximo trabajo que tenían. El 10 de abril, por ahí a la una y algo de la tarde, el que me ha pedido que negocie dice que yo lo he engañado. El que me ha pedido negociación me manifiesta que lo he engañado totalmente, que no le he cumplido nada, y soy sometido a una tortura terrible, de ahogamientos- después viene el de las tres de la tarde, luego el de aproximadamente las seis de la tarde”.

“A las seis de la tarde alguien me pone a escribir todo después a las 7 o más tarde llega, me dice pare de escribir me sacan por la puerta de atrás de la camioneta, me lavan la cara, me dejan usar el baño, toman mucho cuidado de que quede limpio de sangre la cara torax y abdómen, ya que estoy sin camisa, solamente tengo un pantalón mojado ensangrado y roto. Durante la salida al baño, alcanzo a divisar hacia atrás a través de la capucha, los tumultos de luces que correspondían a edificaciones separadas y tal como era el Charry Solano, era de noche, siete de la noche o algo así.

Me entran a la camioneta y me dan comida, me dan comida. ¿Como concluí que era el Charry Solano donde estaba? Durante el día vi a través del panorámico de la camioneta adaptada para torturas, la malla que separa al batallón de los eucaliptos del área de eucaliptos que rodeaban al Charry Solano, el cual desde el barrio Corinto, estaba acostumbrado a divisar. Creo que había un tanque entre la malla y la camioneta. Sí escuchaba expresiones de tipo militar, como “retírese soldado de ahí” y otras que identificaba como ambiente militar, pero inequívocamente estaba situado en lo que yo conocía como la Escuela Logística, enseñada a divisarla de los cerros aledaños.

Alcancé a escuchar varias veces el acostumbrado polígono el mismo que escuchaba cuando estaba en el barrio Corinto. Me refiero a los ejercicios de tiro, al sonido que producen los ejercicios de tiro, por dicho batallón y también porque me lo manifestaban. Ellos me manifestaron que eran del Charry Solano
.