sábado, 6 de octubre de 2012

Blanco&negro


COMO TENER ÉXITO CON LAS NUEVAS GENERACIONES:






Por: Alexander  Muñoz

Comparto este tema con el ánimo de aportar desde mi experiencia como padre de familia, como hijo, y como amigo que ve crecer los hijos de mis vecinos y allegados;  reúno lo que me sirve, lo demás lo desecho.  Dividida  la experiencia por  tener separación de pareja, en la primera relación un hijo de 20, en la segunda dos varones de 13 y 5 años.
 Lo que piense psicológicamente, pedagógicamente o sociológicamente, es casual.  No comparto algunos conceptos literarios y más bien me he dedicado a la observación.  Si que he leído algunos libros de como criar los hijos, de como asumir el rol de su juventud, o de como combatir las dependencias.
Asumo cuatro ejes  importantes de la crianza y formación de nuestro infante.
La primera  tiene que ver con el  LIDERAZGO EN EL NÚCLEO FAMILIAR. La segunda, LA EDAD DE LA FORMACIÓN Y EL DAR Y RECIBIR,  la tercera con LA FORMACIÓN EXTERIOR  y la cuarta su RELACIÓN  O ENTORNO.  Sobre estos cuatro parámetros se basa mi observación y mi puesta en marcha de un plan de contingencia para  desbaratar los mitos que dicen que la juventud esta perdida, o estamos atrapados en una sin salida.
LIDERAZGO EN EL NUCLEO FAMILIAR: En mi primera relación aprendí que el liderazgo partía de una sola persona, que no podía tener nuestro hijo dos informaciones que le permitiera  acomodarse a su antojo.  Me identifiqué con alguno de estos sociólogos, psicólogos o estudiosos que dicen que la formación está entre los cero y doce años. De cero a doce años hay que llevar una información de pareja coordinada, quien lleva el liderazgo habla y actúa y la otra parte en silencio observando  los actores, o mejor la persona que hace silencio oteando y respaldando el comportamiento de quien manda y de quien recibe las ordenes.  Cuando el núcleo familiar (NF) descoordina este ejercicio de liderar los  procesos es cuando tu hijo toma ciertas ventajas y aprovecha para tomar partida. Ej. Si el padre da una orden y la madre da otra, hay descoordinación; el infante graba y toma decisiones. Y eso lo está observando repetidamente desde los primeros momentos en que los padres empezamos  a dar órdenes.
Importante es que  una sola persona sea la que dé las órdenes; importante fuese que  la madre sea  la que asuma estos roles como materna y como la más adecuada para desarrollar tareas que el reino así lo conviene. Ahora bien, sí es el padre o la madre, no será discutible, pero si dejo claro y me inclino por esa madre que tiene sus cinco o seis sentidos en armar y desbaratar opciones y manejar la plastilina. Tema este muy relevante ya que desde la familia podríamos formar un buen líder, o sea, un buen empresario o el mejor de los políticos. De aquí saldrá en esta primera etapa la solidaridad, el amor, el respeto, el civismo o la incultura y/o el desdén a su entorno, o   lo que quiere ser y dar.
Además estoy completamente seguro que desde esta primera edad o etapa de cero a doce años, podemos manufactúrales ciertas eventualidades que les permita desarrollar actitudes de formación no sesgadas a lo que vende la televisión, radio y prensa, o a los manuales escolares donde el hijo tiene que estar preparado prácticamente para la guerra o para ser un gran empresario relacionando éxito con tener cosas materiales, desarrollando habilidades de supremacía, del más fuerte sobre el débil; de competencias y rivalidades.  Y claro, los padres igual  le inculcan al chaval la idea de competir, de que hay que ser alguien en la vida, de ser el mejor líder;  como si en el momento le estuviera  diciendo, tú no tienes esas cualidades. Defino este tema diciendo que los líderes nacen y se hacen, los que nacen son aquellos que tienen valores, ética, dignidad, esmero; sienten y se preocupan; son personas cívicas y solidarias, son emprendedores. Los que se hacen son aquellos que tienen todo lo anterior, pero con la diferencia de que corren el riesgo de contaminarse. El líder que nace puede igual tener la misma suerte, pero lo más importante es que piensa y razona;   y cuando alguien digiere es porque no traga  entero.  De ahí que el liderazgo de nuestros hijos depende del liderazgo que se asuma en casa. Por nada del mundo puede haber dos órdenes, y por nada del mundo una orden debe ser contrariada o refutada a quien manda. Esto último por lo regular siempre trae consigo el abuso de poder y cuando se abusa del poder termina una relación rota. Es indispensable mantener el respeto por el padre o vs; y quien mande y lidere debe tener en cuenta el respeto y consideración de la contraparte, demostrar que  la pareja es unísona y que el otr@ no es un advenedizo, o el lotero de la esquina.




LA EDAD DE LA FORMACIÓN Y EL DAR Y RECIBIR:
Entender que los niñ@s son seres muy inteligentes, y que requieren  de una participación activa de los padres para lograr procesos de aprendizaje adecuados, en los que se despierte el interés del niñ@ por aprender.  Ser activo en la formación de los niñ@s no es decirle qué tienen  que hacer y como hacerlo, sino estar atentos a sus inquietudes y orientarlos para que ellos vayan buscando  las respuestas desde su percepción de la realidad y no desde nuestro sentir de adultos.  Pero si bien todo esto puede resultar cierto, desde temprana edad tenemos la obligación de irles induciendo a ciertos roles de la cotidianidad, como por ejemplo: si te desean ayudar a pelar las patatas, o a partir los huevos para ponerlos a la  sartén;  a poner la mesa, el agua, los refrescos; a fregar el piso, esto se debe de hacer sin temor a que se van a quemar, o se van a caer y quebrar un pie.  Inclusive a mostrarles los riesgos del encendido eléctrico, el fuego  con gas, en fin, todo lo relacionado con el hogar y con lo cotidiano. Son tareas no   vendibles, no negociables.  Si haces la cama te daré una paga. Si lavas los platos saldrás al parque. Si te portas bien te daré los chuches, en fin. Ahora no se trata de esconder los riesgos y despertar la curiosidad. Se trata de emprender unas tareas conjuntas  innegociables y entendibles que les permitirá hacer las cosas automáticamente de por vida,  sin tener que utilizar el castigo o el maltrato como herramienta de cambio. Es a temprana edad que podemos ir formando y descubriendo que es lo que tenemos en casa y que es lo que le pasaremos a la sociedad  y  que nos aventuramos a formar.  Es desde temprana edad que descubrimos los gustos u  inclinaciones y hacia allá debemos apuntar. Pero observemos algo muy interesante, si ellos te ven actuar,  fumar,  beber alcohol, consumir drogas, llevar cosas extrañas a casa; a tener malos hábitos y mal aseo;  lógicamente no le podrás pedir al  peral, manzanas.  Más sin embargo, teniendo prudencia y asumiendo bien una pedagogía los espejos podrían resultar contrarios a tus actos.
En estas tareas del quehacer diario el juego es muy importante y las actividades lúdicas, los actos de alteración de los nervios, mal genio, o querer cambiar cierta cosa por otra, es indispensable entrelazarlos con el juego y con alguno que otro castigo, y porque no, acabar una rabieta con un castigo severo o un correazo explicado. Estas  metodologías deben ser igualmente las últimas en tomar, en cuanto a castigo severo y  maltrato físico.

LA FORMACION EXTERIOR 
La formación exterior la divido en dos partes, una la del claustro escolar y la otra la que se aprende de la calle. Dentro de lo que se aprende en el colegio o universidad podría diferir en varios asuntos, por ejemplo: no se preparan líderes ni empresariales, ni sociales, ni de ningún orden. El liderazgo es fundamental para el éxito; queremos hombres exitosos y los metemos en una jaula pequeña donde la educación pasa por meter las mejores notas al precio que sea.  La motivación, el apoyo y  la inferencia de la familia y el estado en el proceso de aprendizaje de los niñ@s  son particulares e individuales, se desconoce la comprensión y el respeto por el educado. La carrera hacia la competencia desleal aumenta y se protege la manipulación hacia los demás y el temor de un educador de decir y decidir, andar con la verdad.  El viejo profesor desapareció del aula, el irrespeto y la grosería son temas individualizados y se miran como algo normal.  El maestro ya no es maestro…  es profesor, y el profesor dejo de ser profesor y ahora es profe. Bien, El éxito escolar lo podría manifestar como el escritorio que tiene cuatro patas, si una de ellas falla, la educación de nuestros hijos podría verse en tela de juicio, mas sin embargo he abordado el tema, como un tema discutible frente al núcleo familiar vs educación externa, y dentro de ello he propuesto en términos generales el éxito.  Pues este éxito lo relaciono siempre con  lo que podamos como padres enseñar desde nuestra casa, no podemos echar la culpa al politiquero de turno por ser corrupto, si desde nuestra enseñanza no apreciamos y no entendemos como debemos formar hombres de bien, hombres no de consumo; sino hombres líderes capaces de abordar situaciones y poderlas digerir rápidamente. El hombre podría  no nacer líder, pero si no nace las bases fundamentales serán la casa y la familia.
En el siguiente capitulo me refiero a la parte externa, del dime con quien andas, más debo  aclarar que he aprendido andar y compartir  con bandidos y no soy bandido, que he aprendido a  reírme y hacer reír, y no soy payaso. Que he aprendido a respetar la persona como tal; con sus olores, gustos y cualidades. Que el éxito es cuestión de humanidad y humildad, de respetar y de saber respetar la diferencia.  Esto, aprendido lógicamente en casa, luego la educación externa juega igual un papel importante.
RELACIÓN  O ENTORNO
Parto de que sabemos qué tenemos en casa; de la formación, inclinaciones, gustos y destrezas;  y de qué sangre venimos.  Pero igual no sabemos que hacen en el colegio o en la calle y para eso debemos estar prestos a salirle al paso.  Una es la formación seria y calculada y de tradición familiar,  y la otra es la formación externa y de su entorno.
Desde inicio  preescolar podemos ir orientando con juegos y métodos plastilinos; posterior se asoma el grado escolar cuando van saliendo de ese cascarón y empiezan a preguntarse por los amigos y con más fuerza se observa la necesidad de grupo.  Van creciendo y se van seleccionando, lo mejores, los regulares y malos.  Y dentro de ese conglomerado siguen su carrera a la juventud y van tomando ciertas actitudes y ciertos comportamientos traídos del colegio y de la calle. La escuela los va relacionando con el éxito y lógicamente con una buena profesión.  En casa se recalcan las juntas y se aplauden o se bajan las cejas dependiendo en que grupo se meten.  Nosotros los padre insistimos en las notas altas, en ser el mejor de clases, les seguimos vendiendo la idea de que hay que ser alguien en la vida, de que la persona si no estudia barrera las calles o será el sepulturero. Hay que estudiar o sino te quedarás burro. Cuando seas grande te conseguirás  una buena mujer, un buen coche, una casa; tendrás hijos y les brindarás un buen porvenir, eso sí, si estudias.
En la escuela el éxito se relaciona con sacar buenas notas, respetar al profesor, no registrarse dentro de los castigados;  mejor dicho, dentro de los que permanentemente la están  defecando dentro y fuera del colegio.  Ser un buen compañero, no meterse en riñas y líos de jóvenes. Lo que podría decir el director del colegio de mi hijo: ser cumplidor, obediente y buen muchacho. A aprender sin cuestionar.
Nadie dice que los niñ@s tienen derechos universales, que tienen derechos a ser felices, a decir lo que les gusta y disgusta, en fin, a ser niños. No les enseñamos a amar, a compartir, a deleitarse con la vida, a conectarse con el medio, a respetar y hacer diferentes. Cuando se enseña a conectarse con lo que existe; a sensibilizar los cinco sentidos, lo demás vendrá por añadidura. El éxito es sinónima a felicidad, si logramos que el éxito se ligue a la felicidad lograremos conocernos más como personas y como seres  humanos, respetaremos más lo circundante, el medio u hábitat.  Descubriremos talentos, cualidades, destrezas y es cuando empezamos a presentar personas humanas, y personas dispuestas a jugársela en  sociedad.
Cuando esto sucede podemos estar seguros de que nuestro hijo anda por buen camino, por la ruta del cemento sin temor a tener que escoger con quien anda. Sabiendo con quien anda o en que grupo se mete, podemos identificar si nuestro esfuerzo primario nos ha servido o tenemos que replantear las hipótesis y enrutar una nueva estrategia que es la cercanía y el amor.  Un acompañamiento serio  evitará meterse en pruebas, retos, modas y curiosidades ansiosas.
Entender que el éxito no está en el hacer sino en el ser y que el éxito externo, es el resultado del éxito interno.  De manera sencilla, ser un hombre  exitos@ implica enseñar desde temprana edad a ser buena persona, buen ciudadano, buen ser humano;  conocer a los demás, respetarlos sin imponer la ley del más fuerte sobre el más débil. Esta es una clave de un hombre exitoso.
Para que el éxito sea  nuestra antorcha y posterior nuestro trofeo, debemos los padres de familia emprender tareas relacionadas con el respeto, el dialogo, comprensión, cercanía, humildad.  Despojar el desprecio, la manipulación, la burla,  la indolencia; no permitir la desventaja, el chantaje y la grosería. El éxito del que estoy abordando,  es el éxito vendido desde nuestra casa e indudablemente con acompañamiento en el proceso escolar y con acompañamiento del grupo en que se relaciona.

Segorbe Castellón, septiembre de 2012


No hay comentarios: