Blanco&negro
COMO TENER ÉXITO CON LAS NUEVAS GENERACIONES:
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Por: Alexander Muñoz
Comparto este tema con el ánimo de
aportar desde mi experiencia como padre de familia, como hijo, y como amigo que
ve crecer los hijos de mis vecinos y allegados;
reúno lo que me sirve, lo demás lo desecho. Dividida
la experiencia por tener
separación de pareja, en la primera relación un hijo de 20, en la segunda dos
varones de 13 y 5 años.
Lo que piense psicológicamente,
pedagógicamente o sociológicamente, es casual.
No comparto algunos conceptos literarios y más bien me he dedicado a la
observación. Si que he leído algunos
libros de como criar los hijos, de como asumir el rol de su juventud, o de como
combatir las dependencias.
Asumo cuatro ejes importantes de la crianza y formación de
nuestro infante.
La primera tiene que ver con el LIDERAZGO EN EL NÚCLEO FAMILIAR. La
segunda, LA EDAD DE LA FORMACIÓN
Y EL DAR Y RECIBIR, la tercera con LA FORMACIÓN EXTERIOR y la cuarta
su RELACIÓN O ENTORNO. Sobre estos cuatro parámetros se basa mi
observación y mi puesta en marcha de un plan de contingencia para desbaratar los mitos que dicen que la
juventud esta perdida, o estamos atrapados en una sin salida.
LIDERAZGO EN EL NUCLEO FAMILIAR: En mi primera
relación aprendí que el liderazgo partía de una sola persona, que no podía
tener nuestro hijo dos informaciones que le permitiera acomodarse a su antojo. Me identifiqué con alguno de estos
sociólogos, psicólogos o estudiosos que dicen que la formación está entre los
cero y doce años. De cero a doce años hay que llevar una información de pareja
coordinada, quien lleva el liderazgo habla y actúa y la otra parte en silencio
observando los actores, o mejor la
persona que hace silencio oteando y respaldando el comportamiento de quien
manda y de quien recibe las ordenes.
Cuando el núcleo familiar (NF) descoordina este ejercicio de liderar
los procesos es cuando tu hijo toma
ciertas ventajas y aprovecha para tomar partida. Ej. Si el padre da una orden y
la madre da otra, hay descoordinación; el infante graba y toma decisiones. Y
eso lo está observando repetidamente desde los primeros momentos en que los
padres empezamos a dar órdenes.
Importante es que una sola persona sea la que dé las órdenes;
importante fuese que la madre sea la que asuma estos roles como materna y como
la más adecuada para desarrollar tareas que el reino así lo conviene. Ahora
bien, sí es el padre o la madre, no será discutible, pero si dejo claro y me
inclino por esa madre que tiene sus cinco o seis sentidos en armar y desbaratar
opciones y manejar la plastilina. Tema este muy relevante ya que desde la
familia podríamos formar un buen líder, o sea, un buen empresario o el mejor de
los políticos. De aquí saldrá en esta primera etapa la solidaridad, el amor, el
respeto, el civismo o la incultura y/o el desdén a su entorno, o lo que quiere ser y dar.
Además estoy completamente seguro que
desde esta primera edad o etapa de cero a doce años, podemos manufactúrales
ciertas eventualidades que les permita desarrollar actitudes de formación no
sesgadas a lo que vende la televisión, radio y prensa, o a los manuales
escolares donde el hijo tiene que estar preparado prácticamente para la guerra
o para ser un gran empresario relacionando éxito con tener cosas materiales,
desarrollando habilidades de supremacía, del más fuerte sobre el débil; de
competencias y rivalidades. Y claro, los
padres igual le inculcan al chaval la
idea de competir, de que hay que ser alguien en la vida, de ser el mejor
líder; como si en el momento le
estuviera diciendo, tú no tienes esas
cualidades. Defino este tema diciendo que los líderes nacen y se hacen, los que
nacen son aquellos que tienen valores, ética, dignidad, esmero; sienten y se
preocupan; son personas cívicas y solidarias, son emprendedores. Los que se
hacen son aquellos que tienen todo lo anterior, pero con la diferencia de que
corren el riesgo de contaminarse. El líder que nace puede igual tener la misma
suerte, pero lo más importante es que piensa y razona; y cuando alguien digiere es porque no traga entero.
De ahí que el liderazgo de nuestros hijos depende del liderazgo que se
asuma en casa. Por nada del mundo puede haber dos órdenes, y por nada del mundo
una orden debe ser contrariada o refutada a quien manda. Esto último por lo
regular siempre trae consigo el abuso de poder y cuando se abusa del poder
termina una relación rota. Es indispensable mantener el respeto por el padre o
vs; y quien mande y lidere debe tener en cuenta el respeto y consideración de
la contraparte, demostrar que la pareja
es unísona y que el otr@ no es un advenedizo, o el lotero de la esquina.
LA EDAD DE LA FORMACIÓN Y EL DAR Y RECIBIR:
Entender que los niñ@s son seres muy
inteligentes, y que requieren de una participación activa de los padres
para lograr procesos de aprendizaje adecuados, en los que se despierte el
interés del niñ@ por aprender. Ser
activo en la formación de los niñ@s no es decirle qué tienen que hacer y
como hacerlo, sino estar atentos a sus inquietudes y orientarlos para que ellos
vayan buscando las respuestas desde su percepción de la realidad y no
desde nuestro sentir de adultos. Pero si
bien todo esto puede resultar cierto, desde temprana edad tenemos la obligación
de irles induciendo a ciertos roles de la cotidianidad, como por ejemplo: si te
desean ayudar a pelar las patatas, o a partir los huevos para ponerlos a la sartén;
a poner la mesa, el agua, los refrescos; a fregar el piso, esto se debe
de hacer sin temor a que se van a quemar, o se van a caer y quebrar un
pie. Inclusive a mostrarles los riesgos
del encendido eléctrico, el fuego con
gas, en fin, todo lo relacionado con el hogar y con lo cotidiano. Son tareas
no vendibles, no negociables. Si haces la cama te daré una paga. Si lavas
los platos saldrás al parque. Si te portas bien te daré los chuches, en fin.
Ahora no se trata de esconder los riesgos y despertar la curiosidad. Se trata
de emprender unas tareas conjuntas
innegociables y entendibles que les permitirá hacer las cosas
automáticamente de por vida, sin tener
que utilizar el castigo o el maltrato como herramienta de cambio. Es a temprana
edad que podemos ir formando y descubriendo que es lo que tenemos en casa y que
es lo que le pasaremos a la sociedad y que nos aventuramos a formar. Es desde temprana edad que descubrimos los
gustos u inclinaciones y hacia allá
debemos apuntar. Pero observemos algo muy interesante, si ellos te ven
actuar, fumar, beber alcohol, consumir drogas, llevar cosas
extrañas a casa; a tener malos hábitos y mal aseo; lógicamente no le podrás pedir al peral, manzanas. Más sin embargo, teniendo prudencia y asumiendo
bien una pedagogía los espejos podrían resultar contrarios a tus actos.
En estas tareas del quehacer diario
el juego es muy importante y las actividades lúdicas, los actos de alteración
de los nervios, mal genio, o querer cambiar cierta cosa por otra, es
indispensable entrelazarlos con el juego y con alguno que otro castigo, y
porque no, acabar una rabieta con un castigo severo o un correazo explicado.
Estas metodologías deben ser igualmente
las últimas en tomar, en cuanto a castigo severo y maltrato físico.
LA FORMACION EXTERIOR
La
formación exterior la divido en dos partes, una la del claustro escolar y la
otra la que se aprende de la calle. Dentro de lo que se aprende en el colegio o
universidad podría diferir en varios asuntos, por ejemplo: no se preparan
líderes ni empresariales, ni sociales, ni de ningún orden. El liderazgo es
fundamental para el éxito; queremos hombres exitosos y los metemos en una jaula
pequeña donde la educación pasa por meter las mejores notas al precio que sea. La motivación, el apoyo y la inferencia de la familia y el estado en el
proceso de aprendizaje de los niñ@s son
particulares e individuales, se desconoce la comprensión y el respeto por el
educado. La carrera hacia la competencia desleal aumenta y se protege la manipulación
hacia los demás y el temor de un educador de decir y decidir, andar con la
verdad. El viejo profesor desapareció
del aula, el irrespeto y la grosería son temas individualizados y se miran como
algo normal. El maestro ya no es
maestro… es profesor, y el profesor dejo
de ser profesor y ahora es profe. Bien, El éxito escolar lo podría manifestar
como el escritorio que tiene cuatro patas, si una de ellas falla, la educación
de nuestros hijos podría verse en tela de juicio, mas sin embargo he abordado
el tema, como un tema discutible frente al núcleo familiar vs educación
externa, y dentro de ello he propuesto en términos generales el éxito. Pues este éxito lo relaciono siempre con lo que podamos como padres enseñar desde
nuestra casa, no podemos echar la culpa al politiquero de turno por ser
corrupto, si desde nuestra enseñanza no apreciamos y no entendemos como debemos
formar hombres de bien, hombres no de consumo; sino hombres líderes capaces de
abordar situaciones y poderlas digerir rápidamente. El hombre podría no nacer líder, pero si no nace las bases
fundamentales serán la casa y la familia.
En
el siguiente capitulo me refiero a la parte externa, del dime con quien andas,
más debo aclarar que he aprendido andar
y compartir con bandidos y no soy
bandido, que he aprendido a reírme y
hacer reír, y no soy payaso. Que he aprendido a respetar la persona como tal;
con sus olores, gustos y cualidades. Que el éxito es cuestión de humanidad y
humildad, de respetar y de saber respetar la diferencia. Esto, aprendido lógicamente en casa, luego la
educación externa juega igual un papel importante.
RELACIÓN O
ENTORNO
Parto
de que sabemos qué tenemos en casa; de la formación, inclinaciones, gustos y
destrezas; y de qué sangre venimos. Pero igual no sabemos que hacen en el colegio
o en la calle y para eso debemos estar prestos a salirle al paso. Una es la formación seria y calculada y de
tradición familiar, y la otra es la
formación externa y de su entorno.
Desde
inicio preescolar podemos ir orientando
con juegos y métodos plastilinos; posterior se asoma el grado escolar cuando
van saliendo de ese cascarón y empiezan a preguntarse por los amigos y con más
fuerza se observa la necesidad de grupo.
Van creciendo y se van seleccionando, lo mejores, los regulares y
malos. Y dentro de ese conglomerado
siguen su carrera a la juventud y van tomando ciertas actitudes y ciertos
comportamientos traídos del colegio y de la calle. La escuela los va
relacionando con el éxito y lógicamente con una buena profesión. En casa se recalcan las juntas y se aplauden o
se bajan las cejas dependiendo en que grupo se meten. Nosotros los padre insistimos en las notas
altas, en ser el mejor de clases, les seguimos vendiendo la idea de que hay que
ser alguien en la vida, de que la persona si no estudia barrera las calles o
será el sepulturero. Hay que estudiar o sino te quedarás burro. Cuando seas
grande te conseguirás una buena mujer,
un buen coche, una casa; tendrás hijos y les brindarás un buen porvenir, eso sí,
si estudias.
En
la escuela el éxito se relaciona con sacar buenas notas, respetar al profesor,
no registrarse dentro de los castigados;
mejor dicho, dentro de los que permanentemente la están defecando dentro y fuera del colegio. Ser un buen compañero, no meterse en riñas y
líos de jóvenes. Lo que podría decir el director del colegio de mi hijo: ser
cumplidor, obediente y buen muchacho. A aprender sin cuestionar.
Nadie
dice que los niñ@s tienen derechos universales, que tienen derechos a ser
felices, a decir lo que les gusta y disgusta, en fin, a ser niños. No les
enseñamos a amar, a compartir, a deleitarse con la vida, a conectarse con el
medio, a respetar y hacer diferentes. Cuando se enseña a conectarse con lo que
existe; a sensibilizar los cinco sentidos, lo demás vendrá por añadidura. El
éxito es sinónima a felicidad, si logramos que el éxito se ligue a la felicidad
lograremos conocernos más como personas y como seres humanos, respetaremos más lo circundante, el
medio u hábitat. Descubriremos talentos,
cualidades, destrezas y es cuando empezamos a presentar personas humanas, y
personas dispuestas a jugársela en
sociedad.
Cuando
esto sucede podemos estar seguros de que nuestro hijo anda por buen camino, por
la ruta del cemento sin temor a tener que escoger con quien anda. Sabiendo con
quien anda o en que grupo se mete, podemos identificar si nuestro esfuerzo
primario nos ha servido o tenemos que replantear las hipótesis y enrutar una
nueva estrategia que es la cercanía y el amor.
Un acompañamiento serio evitará
meterse en pruebas, retos, modas y curiosidades ansiosas.
Entender
que el éxito no está en el hacer sino en el ser y que el éxito externo, es el
resultado del éxito interno. De manera
sencilla, ser un hombre exitos@ implica
enseñar desde temprana edad a ser buena persona, buen ciudadano, buen ser
humano; conocer a los demás, respetarlos
sin imponer la ley del más fuerte sobre el más débil. Esta es una clave de un
hombre exitoso.
Para
que el éxito sea nuestra antorcha y
posterior nuestro trofeo, debemos los padres de familia emprender tareas
relacionadas con el respeto, el dialogo, comprensión, cercanía, humildad. Despojar el desprecio, la manipulación, la
burla, la indolencia; no permitir la
desventaja, el chantaje y la grosería. El éxito del que estoy abordando, es el éxito vendido desde nuestra casa e
indudablemente con acompañamiento en el proceso escolar y con acompañamiento
del grupo en que se relaciona.
Segorbe Castellón, septiembre de 2012
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