Blanco&negro
¿Deberían ir a La Habana solo víctimas de las Farc?
Septiembre 9 de 2014
Cada vez que se conoce una nueva lista de víctimas seleccionadas para ir a La Habana a participar en la mesa de negociación, muchas personas se hacen la misma pregunta: ¿por qué no van solo las víctimas de las Farc?, ¿qué tienen que hacer allá las víctimas de los paramilitares? ¿Y qué las del Estado?
Parece lógico decir que si en La Habana se lleva a cabo un proceso con las Farc, deben ser las víctimas de ese grupo a quienes se invite a participar en la conversación.
Incluso el propio procurador Alejandro Ordoñez sostuvo esta tesis en declaraciones a varios medios de comunicación: “quienes deben hablar con las Farc, son las víctimas de las Farc. Las Farc les deben decir la verdad a sus víctimas, y deben repararlas a ellas. Y la justicia tiene que sancionarlos a ellos por ser victimarios”.
Otros, en gracia de discusión, están abiertos a que se inviten también a víctimas del Estado por ser también este, una de las partes en conflicto, pero no a las de los paramilitares, que, según dicen, hacen parte de una historia diferente.
Con esa tesis, Teresita Gaviria, la fundadora de las Madres de la Candelaria; Marisol Garzón, hermana de Jaime Garzón, o Débora Barrios, líder de la comunidad indígena Wayuu, todas ellas reconocidas en su trabajo por la defensa de los derechos de las víctimas, no habrían viajado a La Habana.
Sin embargo, el Gobierno, así como también las tres entidades que han participado en esta selección -ONU, Universidad Nacional y Conferencia Episcopal-, han defendido la importancia del equilibrio, pluralismo y sindéresis en la selección de las víctimas que viajen a La Habana.
Lo primero que hay que tener claro, dicen, es que este no es un careo con las Farc, ni se están negociando los derechos de las víctimas, ni las que se sientan en la mesa de negociación representan a las más de 6 millones que existen en el país.
Este espacio no está creado para reparar a las víctimas, ni para que las Farc les pidan perdón, sino para escuchar directamente de ellas lo que han sufrido y cuáles son sus perspectivas para salir adelante y garantizar sus derechos.
“El conflicto es uno. Tendría poca coherencia que escucháramos solamente a las víctimas de las Farc, sin haber escuchado las víctimas del propio Estado o las víctimas de los paramilitares y quisiéramos entonces resolver el conflicto pero solamente escuchando a unas víctimas”, manifestó el Presidente durante el acto en el que se dio a conocer el Índice de la Reconciliación.
¿Usted qué opina? ¿Cree que a La Habana deberían ir solo víctimas de las Farc? ¿Cree que está bien que se invite también a víctimas del Estado, los paramilitares o incluso autores que no se han podido determinar?
Cada vez que se conoce una nueva lista de víctimas seleccionadas para ir a La Habana a participar en la mesa de negociación, muchas personas se hacen la misma pregunta: ¿por qué no van solo las víctimas de las Farc?, ¿qué tienen que hacer allá las víctimas de los paramilitares? ¿Y qué las del Estado?
Parece lógico decir que si en La Habana se lleva a cabo un proceso con las Farc, deben ser las víctimas de ese grupo a quienes se invite a participar en la conversación.
Incluso el propio procurador Alejandro Ordoñez sostuvo esta tesis en declaraciones a varios medios de comunicación: “quienes deben hablar con las Farc, son las víctimas de las Farc. Las Farc les deben decir la verdad a sus víctimas, y deben repararlas a ellas. Y la justicia tiene que sancionarlos a ellos por ser victimarios”.
Otros, en gracia de discusión, están abiertos a que se inviten también a víctimas del Estado por ser también este, una de las partes en conflicto, pero no a las de los paramilitares, que, según dicen, hacen parte de una historia diferente.
Con esa tesis, Teresita Gaviria, la fundadora de las Madres de la Candelaria; Marisol Garzón, hermana de Jaime Garzón, o Débora Barrios, líder de la comunidad indígena Wayuu, todas ellas reconocidas en su trabajo por la defensa de los derechos de las víctimas, no habrían viajado a La Habana.
Sin embargo, el Gobierno, así como también las tres entidades que han participado en esta selección -ONU, Universidad Nacional y Conferencia Episcopal-, han defendido la importancia del equilibrio, pluralismo y sindéresis en la selección de las víctimas que viajen a La Habana.
Lo primero que hay que tener claro, dicen, es que este no es un careo con las Farc, ni se están negociando los derechos de las víctimas, ni las que se sientan en la mesa de negociación representan a las más de 6 millones que existen en el país.
Este espacio no está creado para reparar a las víctimas, ni para que las Farc les pidan perdón, sino para escuchar directamente de ellas lo que han sufrido y cuáles son sus perspectivas para salir adelante y garantizar sus derechos.
“El conflicto es uno. Tendría poca coherencia que escucháramos solamente a las víctimas de las Farc, sin haber escuchado las víctimas del propio Estado o las víctimas de los paramilitares y quisiéramos entonces resolver el conflicto pero solamente escuchando a unas víctimas”, manifestó el Presidente durante el acto en el que se dio a conocer el Índice de la Reconciliación.
¿Usted qué opina? ¿Cree que a La Habana deberían ir solo víctimas de las Farc? ¿Cree que está bien que se invite también a víctimas del Estado, los paramilitares o incluso autores que no se han podido determinar?
http://www.reconciliacioncolombia.com/blog/2014/09/deberian-ir-a-la-habana-solo-victimas-de-las-farc
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