Blanco&negro
Historia
Las prostitutas de muchas ciudades del mundo continúan organizándose con la intención de exigir los derechos que se merecen y los cuales consideran que no son respetados.
Historia
De prostituta
a asesora de Petro
Por: KIEN&KE
A los 14 años, Elizabeth Fonseca Abello tuvo su primera hija. A los 15
tuvo la segunda y a los 16 la tercera. Todas del mismo padre, un hombre de 27
años que la abandonó cuando estaba embarazada de la tercera hija. No tenía
dónde dormir y proteger a sus tres hijas. Luego de quedar en la calle acudió al
Bienestar Familiar y a una iglesia, pues era menor de edad. Pero nadie la
ayudó. Fue entonces cuando una amiga le aconsejó prostituirse. Tenía 16 años y
comenzó a vivir siempre de mal humor, era muy agresiva pues vivía amargada por
el trabajo que estaba haciendo.
En el año 1992, y con
motivo de unas elecciones locales en Bogotá, la gente de la AD M-19 estaba
haciendo proselitismo político para apoyar la candidatura de José Cuesta Novoa
al Concejo de Bogotá. Decidieron desplazarse hacia la zona de tolerancia en la
avenida Caracas con calle 19, y ahí conocieron a Elizabeth en la esquina donde
trabajaba prostituyéndose. Las prostitutas estaban muy entusiasmadas porque
‘unos políticos’ les estaban ofreciendo condones gratuitamente y fueron a
llamar a Elizabeth para darle las buenas noticias. Ella no se emocionó en lo
absoluto; por el contrario, buscó al candidato y le dijo que repartir condones
no era la solución que ellas necesitaban recordándole que sus problemas eran
mucho más grandes. Luego le ordenó recoger sus condones y marcharse de allí.
Cuesta Novoa se sorprendió de ver que Elizabeth era la única persona que
reclamaba. Le llamó poderosamente la atención y la invitó a conversar con él
para conocer más acerca de los problemas que existían dentro de esa población.
Elizabeth le contó sobre la inoperancia de las entidades, entre muchas cosas.
Novoa le ofreció incluirla dentro de
su lista para aspirar dentro de los renglones como candidata para el Concejo de
Bogotá. Elizabeth entonces se convirtió en un boom mediático y
publicitario, pues dice que fue la primera mujer en el mundo en ejercicio de
prostitución que decidió dar la cara y enfrentar una realidad tan cruel. Fue
entrevistada por los medios de comunicación más relevantes del país y algunos
internacionales.
Sintió que los medios la perseguían y la señalaban como un objeto o un
sujeto morboso. Se equivocaron, porque ella no trataba de ser una vedette, sino
un personaje serio que ponía al descubierto una problemática de grandes
dimensiones. Cuando advirtieron que se trataba de un alguien serio y crítico,
comenzaron a tratarla con respeto.
A comienzos de los años noventa, el hijo de una prostituta que fuera
descubierto en el jardín, la escuela o el hogar comunitario, era expulsado
definitivamente sin mediar palabra. Las prostitutas no podían vincularse a
ninguna institución educativa ni ir a la iglesia porque el cura las habría
echado a la calle. Eran seres sin identidad ni ciudadanía. La única entidad
oficial cercana a ellas era la Policía, pero no para protegerlas sino para
violentarlas y reprimirlas. Eran víctimas de arrestos durante 24 horas para
–supuestamente– averiguar si tenían antecedentes penales, pero los encierros
solían prolongarse hasta 72 horas. Las llevaban a las estaciones de Policía
donde debían dormir en patios confundidas entre los indigentes. Las bañaban a
las 4 de la mañana con mangueras a propulsión. También las violaban. Elizabeth
dice que fue violada en la estación de Policía de Chapinero. Por las
características mismas de su actividad, denunciar una violación era una
cuestión de burla. Por eso prefirió quedarse en el anonimato.
Cuando Elizabeth cumplió 27 años,
llevaba 15 prostituyéndose. Había cursado hasta quinto de primaria y tenía 4
hijos. Era muy tímida e ignorante. Fue la oportunidad perfecta para denunciar
el atropello. En ese momento no tenía claras las funciones y responsabilidades
de un Concejal. El boom mediático hizo que todo el mundo la
conociera y obligaron al Estado a cumplir con sus obligaciones. En 15 días
hicieron una intensa campaña, pero no alcanzaron a llegar a Concejo. Les
faltaron 5 votos y quedaron en el puesto 29. Pero el esfuerzo inspiró en ella
el deseo de estudiar y ser profesional. Soñaba con odontología pero no pudo
pagarse la carrera.
Las prostitutas de muchas ciudades del mundo continúan organizándose con la intención de exigir los derechos que se merecen y los cuales consideran que no son respetados.
La gente de la AD M-19 le ayudó en la medida de sus posibilidades.
Elizabeth terminó la secundaria en el Instituto Pedagógico Nacional e hizo un
curso de Marketing Político en la Universidad Javeriana. Además realizó una
carrera técnica en el Sena, Operación de Maquinaria Industrial para la
Confección de Ropa en el SENA, junto con 20 compañeras con quienes trabajaba en
la calle. La entrada al SENA fue otra batalla, pues se resistieron a
aceptarlas, por ser prostitutas. Cuando eso ocurrió, Elizabeth habló con el sub
director de la entidad y le dijo: “Con todo respeto, señor subdirector, pero
usted no es el dueño del SENA, el SENA es propiedad de todos los colombianos y
nosotras somos colombianas”. Demandaron al SENA y ganaron.
Elizabeth dice que muchos burócratas y funcionarios trataron de impedir
que abandonara la prostitución. Presentaba un proyecto y se burlaban de ella,
la segregaban, la señalaban o le decían que estaba pretendiendo hacer un
trabajo de profesionales sin ser profesional. “Ni ellos hacían, ni dejaban
hacer”, dice. Un día, estando en una emisora de radio en Sogamoso con la
Secretaria de Gobierno y algunos veedores, Elizabeth les dijo que si ella
continuaba prostituyéndose, los iba a demandar a todos.
“Si yo demuestro ganas e impulso, si demuestro ser una ciudadana
responsable, ellos están ahí para que las cosas funcionen, para que gestionen,
para eso les pagan el sueldo. Para que me saquen de esa actividad, tal como lo
dice la ley”, dice. Tenía un amigo periodista quien le dijo que si ella
demandaba al Estado la tendrían que indemnizar. Entonces los amenazó con el
argumento de que el Estado, por su inoperancia, la tuvo sometida a un estado de
esclavitud. El ejercicio de la prostitución es catalogado como una forma de
esclavitud. Luego se encontró con la sentencia SU-476 de la corte, de 1997 y
ratificada en el 2009, que exige a las autoridades rehabilitar prostitutas en
todo el país. Amparada en esa sentencia, Elizabeth diseñó y promovió la primera
política pública que tiene el país para mujeres en ejercicio de prostitución.
Cuando entendieron que Elizabeth sabía algo sobre sus derechos y sobre
la ley, comenzaron a ceder y el Alcalde de Sogamoso la llamó para hacer una
caracterización cuantitativa y cualitativa de esa ciudad. Fue en ese momento
cuando salió de la prostitución y comenzó a trabajar con su fundación
(Fundación Social para la Recuperación, Formación y Desarrollo Integral de las
Mujeres Meretrices de Colombia) gestionando proyectos con la administración
municipal, con lo que se financiaban. Consiguió montar un taller de confección,
una unidad productiva apoyada por la gobernación de Boyacá. Y en esas andaba
cuando la llamó Gustavo Petro.
El primero de febrero de 2012, a las
nueve de la mañana, iba saliendo de su casa a arreglar su computador cuando le
timbró el teléfono. Era Jesusita, la mano derecha del Alcalde Petro, a quién
conoció en 1992. Jesusita le dijo que llamaba de parte de Petro para ofrecerle
que se fuera a vivir a Bogotá para trabajar con ellos en la Secretaría de
Integración Social con un objetivo específico: vincular a las mujeres en
ejercicio de prostitución al programa Misión Bogotá. Elizabeth
llegó a Bogotá sin siquiera haber concretado una cita con Petro. “Estaba feliz
porque soy una persona útil, reconocieron mi trabajo, lo valoraron. Ese es el
tipo de trabajo que me gusta que valoren” dice.
Elizabeth asegura que salirse de la prostitución es como ganarse una
medalla de oro en los Olímpicos, porque ejercer tal oficio es como estar muerta
en vida. Ella se convirtió en una persona con ilusiones y esperanzas y eso se
irradia y se trasmite. La rehabilitación de una mujer como Elizabeth requiere
de mucha tenacidad, fuerza de voluntad y ganas.
Tiene una relación con las prostitutas basada en camaradería, amistad y
solidaridad. El objetivo es empoderar a las prostitutas para que ejerzan su
ciudadanía. El primer derecho que se debe buscar es el derecho a la dignidad.
Estar desnuda en la calle no es un derecho. El ejercicio de la prostitución
mancilla la dignidad de la persona que se prostituye. El siguiente derecho es
reclamar el derecho a tener un empleo en condiciones dignas. Elizabeth dice que
son muy pocas las que están en la calle porque les gusta: a la gran mayoría les
toca. Quienes están en eso porque les gusta no son prostitutas, dice, son
descaradas porque no les importa exponerse a señalamientos indignos. Esas
mujeres las avergüenzan y no sólo hacen quedar mal no solo a las prostitutas
sino al género femenino. “Son perversas, mal intencionadas y además tienen una
actitud que invita a la prostitución. Yo solo hablo con una mujer que tuvo que
pararse en una esquina para llevar el pan a casa”, dice.
La prostitución no es un trabajo. El trabajo, según la RAE, dignifica al
ser humano, es una obra de carácter manual o intelectual, y la prostitución no
tiene ni lo uno ni lo otro. La prostitución está catalogada como la esclavitud
del siglo 21.
Elizabeth creó una entidad con radio de acción nacional, un programa de
apoyo para las prostitutas. Su objeto es reintegrar a la sociedad a estas
mujeres. Restituirles integralmente todos sus derechos. Después se fue a vivir
a Sogamoso. Actualmente está trabajando para que Bogotá tenga su propia
política pública para la prostitución.
Va a escribir un libro sobre su vida que se llamará ‘La vecina del
Presidente’. “No quiero olvidar mi pasado pues tengo un compromiso con las mujeres
que quieres salir de ese mundo”, dice. A sus 47 años, sueña con devolverse a su
pueblo y tener su propia casa, con su gato y su perro, y morirse feliz.
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