domingo, 4 de septiembre de 2016

OPINOMETRO

Blanco&negroLas reglas y el respeto como normas.

Por:
Alexander Muñoz/Valencia Sp/septiembre 3 de 2016

Creo que las administraciones públicas deben dar ejemplo en cuanto a  recuperar la cultura del respeto, esa que se fue desde el colegio y de la calle.  Podríamos pensar todos en la reprimenda, en el castigo; pero no lo veo así.  A mí me preguntan qué porqué la niña salió tan alborotada, y es que desde la casa le están enseñando a corta edad a ponerse unas falditas que muestran las posaderitas, luego esa niña pasa a la juventud y lo ve tan normal que no siente vergüenza de mostrar su trasero, de ahí que si algún hombre le toca la cola éste será depravado.  En Francia apareció el Burkini, una especie de prenda de baño que  está de moda, o mejor no de moda; es un traje que sale al mercado para la cultura religiosa del islam.  La cultura islamista dice que la mujer no puede mostrar su cabello, y para ir una mujer islamista a las playas o a una piscina han puesto en el comercio el Burkini;   un traje completo, muy parecido al traje de  submarinismo que tapa todo el cuerpo incluyendo la cabeza dejando ver solo la parte frontal al descubierto.
Pues el Burkini está acaparando todos los titulares de los medios de comunicación con titulares de protestas.  Las feministas, la religión y tod@s, l@s defensores de derechos y de derechos humanos contra la prohibición y el acoso a la religión y a las féminas. 
Es una medida estupenda  por varias razones, la primera porque la cultura islamista no la puedo imponer en casa ajena, si alguien viene a ponerme reglas a mi casa, reglas que no van con mi cultura, pues lo siento pero a mi casa no entra.
La segunda porque vivimos en un momento delicado en seguridad, todos queremos seguridad, pero si te cubres todo el cuerpo, y enseguida te cubres toda tu cara con el Burka, pues es muy probable que un terrorista se vista como mujer, o una mujer con Burka pueda atentar contra algo o contra una multitud sin que las cámaras le reconozca y se deba actuar con certeza sobre ese terrorista.
Tercero por higiene, salud y seguridad.  Recuerdo que en las piscinas es prohibido bañarse en pantaloneta larga. Una pantaloneta no adecuada se puede enredar en algún gancho y causar daño, o te podrías enredar en el fondo de un lago con un palo y no salir a flote.   La higiene en una prenda que no sea pantalón de baño homologada para tal fin traerá cualquier cantidad de problemas.  Y si te la pones en casa todo el día, traerá pelos de gato, de perro, o cualquier germen desde tu casa y la depositamos en el agua.    Por supuesto que actuaría el cloro, pero el cloro ataca y se va debilitando, cosa que tanta porquería en una prenda que no sea para tal fin lo que va traer es suciedad y seguramente a desclorar el agua descomponiéndose;  por consiguiente tantas infecciones en la piel contraídas desde una piscina.
La salud de alguien que use un traje que no sea el convencional como el Burkini lo que podría producir en cierto caso es la descompensación de temperaturas en el cuerpo que podría ser catastrófico para la persona.  La función del estado es proteger la salud de las personas.
Hay sitios donde no te dejan entrar a una discoteca si no estás bien presentado, y no es porque sean de mejor familia, sino porque tus olores y tus virus llévatelos contigo. También he visto que no dejan bañar en pantaloneta blanca, y claro, que si te pones un vestido de baño donde vas a mostrar las partes nobles, lo mejor es que vayas a una piscina donde el desnudo está permitido, allá no molestas a nadie y no das mal ejemplo a los niños.   Soy de las personas que no molesta y veo todo tan normal; los homosexuales, las razas, los credos; y que decir de la política cuando hoy están tod@s metidos en un mismo saco. Veo todo tan normal porque respeto, respeto tus colores, tus gustos; pero tus olores déjalos para ti. Respeto tanto que casi todo lo veo normal, pero lo que  no veo normal son la pérdida de valores, de cultura, perdida de respeto; no queremos respetar nada. Y las reglas son la reglas y desde casa debemos enseñar que está permitido y que no.   No me vegas con el cuento que prohibir daña el cerebro, o que daña la cultura; quien lee, lee porque en casa  has dedicado tiempo a este tema. No me vengas con el cuento que hay que respetar tu cultura y tu religión, pues empieza respetando la mía y mis creencias.
Felicito las reglas, y felicito la gente que conserva sanas posturas cívicas y culturales que ayudan a mejorar la persona y a respetar el espacio del otro, a esas personas respetuosas.

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