Obama revende a los hispanos una vieja promesa de campaña
"Presidente barack obama"
El presidente Barack Obama tendrá en 2012 la difícil tarea de intentar seducir otra vez al electorado de origen latino con la misma propuesta con la que lo hizo en 2008, pero sobre la cual no ha logrado hacer nada hasta ahora: la reforma migratoria.
Que en la Casa Blanca quieran hablar de inmigración con la complicada agenda que tiene -doméstica e internacionalmente- parece reflejar preocupación por el efecto electoral que podría tener la frustración de la comunidad hispana ante el incumplimiento de la que fue una de las promesas más atractivas de la campaña de Barack Obama en 2008.
Este martes el presidente Obama reavivó la discusión sobre la reforma migratoria con una reunión con líderes políticos, religiosos, empresariales y comunitarios en la que estuvieron algunas caras no tan tradicionales cuando se habla del tema.
El ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg o el gerente de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, participaron en el encuentro de alto nivel.
Son algunos de los "nuevos mensajeros" que Obama quiere emplear para reanimar y guiar el tema, mientras el Partido Republicano y otros factores conservadores han intensificado su agenda contra la inmigración duplicando la frustración entre los hispanos.
Iniciativas como la polémica Ley de Arizona, desafiada por el gobierno federal en tribunales pero copiada esta semana por la legislatura de Georgia, contribuyen a la sensación de que los conservadores dominan el debate.
De frustrados a apáticos
alcalde de nueva york michael bloombergh
"alcalde de nueva york michael bloombergh"
Desde la Casa Blanca se afirma que el compromiso de Obama con la reforma no ha cambiado.
Sin embargo, tras haber decidido no presentar pelea frente a los republicanos cuando trataba de aprobar las reformas de salud o bancaria en la primera mitad de su mandato, el reavivamiento del tema en este momento tiene para algunos intenciones electorales.
Un 75% de los hispanos que votaron en 2008 lo hicieron por Obama, una cifra que podría no repetirse si la frustración de muchos de ellos con el estancamiento de la iniciativa de reforma se convierte en apatía que decida mantenerlos lejos de las urnas electorales.
"No creo que el presidente esté tratando de complacer a los latinos", aseguró a BBC Mundo, Marshall Fitz, director de política migratoria del Centro para el Progreso Estadounidense, un centro de estudios de Washington de tendencia liberal.
"Si esa fuera la intención el presidente habría escogido otra constelación de personas para esta reunión. Pero este es un debate mayor que sólo latinos y activistas pro-reforma migratoria", afirmó Fitz.
Aunque Fits considera que el presidente no está proponiendo nada radicalmente nuevo, estima que "está planteando un desafío para reformar el sistema de inmigración con ayuda de consideraciones económicas y de seguridad".
Ahora sí
Pero será difícil para un Obama candidato a la reelección vender la idea del "ahora sí", cuando para algunos lo que ha faltado es el impulso desde la Oficina Oval.
"Hay una presión política porque es una promesa de 2008, que no se ha concretado en nada, y ahora se le va a pedir nuevamente el voto a los hispanos sin que haya algún resultado que mostrar a ese sector de votantes inmigrantes", dijo a BBC Mundo, Maribel Hastings, portavoz de Americas Voice, un grupo que respalda una reforma integral.
"Los intentos se siguen haciendo pero la realidad política es que tenemos un Congreso dividido con una Cámara de Representantes de mayoría republicana que está totalmente renuente a considerar este asunto".
Hastings considera que la reunión de este martes podría ser el inicio de una nueva estrategia para reanimar el debate sobre la reforma, aunque reconoce que queda poco tiempo para llegar a una propuesta de ley.
En el debate sobre inmigración la Casa Blanca tiene que estar pendiente del sector que vincula el tema a la seguridad nacional y que considera que una reforma implicará un sistema más permisivo que pondría en peligro al país.
Aunque ninguna de las personas que han realizado atentados extremistas en territorio estadounidense o que han fallado en el intento ha ingresado al país ilegalmente, muchos piden mayores controles en las fronteras, sobre todo con México.
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