Blanco&negro
El coloso del sur es modelo para el mundo por su economía, por su innovación, por su industria y por su equidad social. No en vano, organizará dos de los certámenes más importantes de la década: el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
Los pasos de un gigante
El hecho de que el sistema político brasilero sea una federación y los estados sean autónomos dificulta la tarea de elaborar lineamientos para todo el país, especialmente en educación y salud, dos de los principales retos de Brasil. En la foto, una panorámica de Rio de Janeiro. |
Sábado 31 Marzo 2012
Brasil no será algún día una potencia mundial porque ya lo es. De hecho, se consolida como un jugador importante en los diferentes continentes y, junto con los demás países Bric (Brasil, Rusia, India y China), se perfila como un líder global. Pero, ¿cómo llegó hasta este lugar? El desarrollo de este país es la suma de políticas sociales, industriales, monetarias y fiscales, programas de investigación, desarrollo, responsabilidad social, protección al medio ambiente y estímulos para fomentar la inversión extranjera, impulsados por los más recientes gobiernos.
Además de sus 8.514.877 kilómetros cuadrados de superficie (cuatro veces más que Colombia) y de sus casi 200 millones de habitantes, que de por sí lo convierten en protagonista mundial, el crecimiento sostenido de su economía lo ha llevado a estar presente en los más importantes negocios del mundo. Para tener una idea, solo en 2011 sus exportaciones ascendieron a 256.039 millones de dólares.
Su economía es considerada como la sexta más grande del mundo, supera incluso a la del Reino Unido y, en los próximos años, aspira a convertirse en la quinta. Su PIB es de 2 billones de dólares y su renta per cápita fue en 2010 de 11.239 dólares.
Lo cierto es que para el gobierno brasilero no es tan importante el tamaño de su PIB como su distribución. "De nada sirve que haya riqueza si no se reparte de manera justa", anota Antonino Mena Gonçalves, embajador de Brasil en Colombia. Y, al respecto, el país ya tiene logros reveladores para mostrar: entre el 50 y 60 por ciento de su población pertenece a la clase media, lo que significa que hay más gente comprando.
Una de las políticas del anterior presidente Luiz Inácio Lula da Silva, gestor en buena parte de la transformación de Brasil, fue entregar dinero a los habitantes a través de programas sociales. Sin embargo, nunca concibió esta estrategia como caridad sino como inversión, para que la población pudiera consumir y, de esta manera, incentivar la industria. Desde 2002, por iniciativas como estas, 25 millones de brasileros han ascendido a la mitad de la pirámide social.
Brasil, agrega Mena Gonçalves, es un país con gobiernos progresistas que conviven perfectamente con los sistemas de iniciativa privada. "Se busca una sociedad más justa y que la riqueza se distribuya, pero no tiene problema con que haya gente rica".
Lo que viene
Ahora el paso a seguir es convertirse en líder mundial en producción agrícola. Actualmente es la despensa de Asia y África, pero quiere abarcar más destinos.
Ahí no se detienen sus retos. Uno próximo es promover aún más el crecimiento de su industria y mejorar su productividad. Brasil, por ejemplo, es el tercer mayor productor de aviones y el país que más fabrica camiones Volvo.
El gobierno actual también busca controlar la inflación, contrarrestar la revaluación del real, mantener la producción y exportación en el sector industrial, conservar un control fiscal y fortalecer las alianzas internacionales. Pero su gran apuesta, además de la innovación y la tecnología, es llegar a ser reconocido como un país justo. Lo demás vendrá como una consecuencia natural.
Francisco Solano, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Colombo-Brasilera, habla sobre futuras políticas de su país: "La presidenta Dilma Rousseff ha dicho que las principales herramientas de las que se valdrá Brasil serán el control del gasto público, incentivos para las inversiones y hacer énfasis en los sectores que más beneficios le han traído al país: petróleo, energía y banca".
A esto también se le suma la Amazonía verde y la azul. En la primera, Brasil, junto con otros países, tiene la mayor reserva en biodiversidad del mundo. Y en la otra, tiene petróleo y riqueza marina, hechos que lo ratifican como potencia global.
Adicionalmente, el turismo es otra de sus fortalezas. Según informes de Embratur, Instituto Brasilero de Turismo, en 2010 Brasil recibió 5.161.000 turistas, lo que significó un crecimiento de 7,5 por ciento con respecto a 2009, año en el que 4.802.000 extranjeros entraron al país.
De acuerdo con el informe Impacto económico de viajes y turismo 2011, realizado por el WTTC (Consejo Mundial de Viaje y Turismo) en asocio con la Universidad de Oxford, la industria del turismo en Brasil puede crecer cerca de un 4,8 por ciento anualmente hasta 2021 y esto corresponderá al 3,6 por ciento del PIB del país.
Otro de los aspectos que favorece la llegada de extranjeros es que las mejores universidades del país son gratuitas en su gran mayoría. Y a esto hay que sumarle el hecho de que Brasil será el destino mundial del deporte en los próximos cuatro años: la Copa Confederaciones 2013, la Copa del Mundo 2014, la Copa América 2015 y Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
Para que todo esté perfecto para entonces, se han programado inversiones en infraestructura básica y turística del orden de los 17.170 millones de reales (un real equivale aproximadamente a 1.000 pesos colombianos). Los recursos privados serán de 333 millones de reales provenientes principalmente de los clubes brasileros de fútbol profesional, propietarios de buena parte de los estadios que serán utilizados. Las inversiones municipales serán de 1,48 billones de reales, las estatales de 3,99 billones y, las federales, de 11,36 billones.
Para completar el buen momento por el que atraviesa, el país recibirá este año 65.000 millones de dólares en inversión extranjera directa. La expectativa de crecimiento del gobierno para 2012 es de 4,5 por ciento y espera lograr que la inflación no supere este mismo porcentaje. Todo esto demuestra que el boom de Brasil está lejos de detenerse.
Su economía es considerada como la sexta más grande del mundo, supera incluso a la del Reino Unido y, en los próximos años, aspira a convertirse en la quinta. Su PIB es de 2 billones de dólares y su renta per cápita fue en 2010 de 11.239 dólares.
Lo cierto es que para el gobierno brasilero no es tan importante el tamaño de su PIB como su distribución. "De nada sirve que haya riqueza si no se reparte de manera justa", anota Antonino Mena Gonçalves, embajador de Brasil en Colombia. Y, al respecto, el país ya tiene logros reveladores para mostrar: entre el 50 y 60 por ciento de su población pertenece a la clase media, lo que significa que hay más gente comprando.
Una de las políticas del anterior presidente Luiz Inácio Lula da Silva, gestor en buena parte de la transformación de Brasil, fue entregar dinero a los habitantes a través de programas sociales. Sin embargo, nunca concibió esta estrategia como caridad sino como inversión, para que la población pudiera consumir y, de esta manera, incentivar la industria. Desde 2002, por iniciativas como estas, 25 millones de brasileros han ascendido a la mitad de la pirámide social.
Brasil, agrega Mena Gonçalves, es un país con gobiernos progresistas que conviven perfectamente con los sistemas de iniciativa privada. "Se busca una sociedad más justa y que la riqueza se distribuya, pero no tiene problema con que haya gente rica".
Lo que viene
Ahora el paso a seguir es convertirse en líder mundial en producción agrícola. Actualmente es la despensa de Asia y África, pero quiere abarcar más destinos.
Ahí no se detienen sus retos. Uno próximo es promover aún más el crecimiento de su industria y mejorar su productividad. Brasil, por ejemplo, es el tercer mayor productor de aviones y el país que más fabrica camiones Volvo.
El gobierno actual también busca controlar la inflación, contrarrestar la revaluación del real, mantener la producción y exportación en el sector industrial, conservar un control fiscal y fortalecer las alianzas internacionales. Pero su gran apuesta, además de la innovación y la tecnología, es llegar a ser reconocido como un país justo. Lo demás vendrá como una consecuencia natural.
Francisco Solano, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Colombo-Brasilera, habla sobre futuras políticas de su país: "La presidenta Dilma Rousseff ha dicho que las principales herramientas de las que se valdrá Brasil serán el control del gasto público, incentivos para las inversiones y hacer énfasis en los sectores que más beneficios le han traído al país: petróleo, energía y banca".
A esto también se le suma la Amazonía verde y la azul. En la primera, Brasil, junto con otros países, tiene la mayor reserva en biodiversidad del mundo. Y en la otra, tiene petróleo y riqueza marina, hechos que lo ratifican como potencia global.
Adicionalmente, el turismo es otra de sus fortalezas. Según informes de Embratur, Instituto Brasilero de Turismo, en 2010 Brasil recibió 5.161.000 turistas, lo que significó un crecimiento de 7,5 por ciento con respecto a 2009, año en el que 4.802.000 extranjeros entraron al país.
De acuerdo con el informe Impacto económico de viajes y turismo 2011, realizado por el WTTC (Consejo Mundial de Viaje y Turismo) en asocio con la Universidad de Oxford, la industria del turismo en Brasil puede crecer cerca de un 4,8 por ciento anualmente hasta 2021 y esto corresponderá al 3,6 por ciento del PIB del país.
Otro de los aspectos que favorece la llegada de extranjeros es que las mejores universidades del país son gratuitas en su gran mayoría. Y a esto hay que sumarle el hecho de que Brasil será el destino mundial del deporte en los próximos cuatro años: la Copa Confederaciones 2013, la Copa del Mundo 2014, la Copa América 2015 y Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
Para que todo esté perfecto para entonces, se han programado inversiones en infraestructura básica y turística del orden de los 17.170 millones de reales (un real equivale aproximadamente a 1.000 pesos colombianos). Los recursos privados serán de 333 millones de reales provenientes principalmente de los clubes brasileros de fútbol profesional, propietarios de buena parte de los estadios que serán utilizados. Las inversiones municipales serán de 1,48 billones de reales, las estatales de 3,99 billones y, las federales, de 11,36 billones.
Para completar el buen momento por el que atraviesa, el país recibirá este año 65.000 millones de dólares en inversión extranjera directa. La expectativa de crecimiento del gobierno para 2012 es de 4,5 por ciento y espera lograr que la inflación no supere este mismo porcentaje. Todo esto demuestra que el boom de Brasil está lejos de detenerse.
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