Blanco&negro
MUNDOEn un discurso transmitido por la televisión estatal, el líder libio aseguró desafiante que prefiere morir como mártir en su país. Advirtió que aquellos que levantan sus armas contra Libia son merecedores de la pena de muerte.
Libia: Gadafi dice que no abandonará el poder
AP |
Martes 22 Febrero 2011
El líder libio Muamar Gadafi anunció este martes que "no dejará el poder" e hizo un llamamiento a sus partidarios para que salieran a la calle " a proteger la revolución".
En un discurso transmitido por la televisión estatal, Gadafi anunció también reformas para "una nueva república".
El líder libio advirtió que si la situación no se normaliza en los próximos días encabezará un movimiento "con el apoyo de millones de habitantes del desierto que limpiará Libia casa por casa".
Gadafi aseguró que está "fuera de toda duda su dimisión" que los manifestantes le reclaman desde el 17 de febrero pasado.
El líder libio añadió que él no se considera un presidente sino "un dirigente de la revolución".
"Si yo fuera presidente les tiraría mi dimisión a la cara, pero yo soy el líder de la revolución, cogeré mi fusil, permaneceré en Libia y derramaré hasta la última gota de mi sangre", aseguró en su discurso.
Respecto a los manifestantes que reclaman justicia y libertad dijo:"son unos jóvenes de 16 a 17 años que se drogan y están manipulados por los agentes de los servicios secretos extranjeros".
Con un tono en ocasiones amenazante en otras conciliador ha asegurado que aquellos que levantan sus armas contra Libia son merecedores de la pena de muerte y en esta ocasión no habrá perdón aunque "lo pidan sus familias" y las autoridades pudieran proceder a su reeducación.
Reacciones
Las reacciones al discurso de Gadafi no han tardado en producirse, tanto en Libia como en la comunidad internacional.
En Trípoli, los habitantes de esta ciudad han recibido el discurso con rechazo. La cadena qatarí, Al Jazira, también ha recogido las reacciones en Bengasi donde ciudadanos han tirado sus zapatos contra pantallas gigantes desde donde sus habitantes seguían las declaraciones de Gadafi.
La misma cadena ha manifestado que los disparos se han sucedido en diversos puntos de la capital libia, después de la intervención del mandatario libio, entre mercenarios y manifestantes, sin precisar si han habido nuevas víctimas.
Por su parte la Liga Árabe suspenderá "inmediatamente" a Libia en su calidad de miembro.
Se agudiza la crisis
La extensión de los disturbios a la capital tras una semana de protestas y cruentos enfrentamientos en las ciudades del este revela una fuerte agudización de la crisis. Las fuerzas de seguridad desataron la represión más fuerte de cualquier país árabe tras la ola de protestas que barre la región y que ha provocado la caída de los gobiernos tunecino y Egipcio.
La Alta Comisión de la ONU para los Derechos Humanos dijo que, de acuerdo con fuentes del país, la represión había causado más de 250 muertos y centenares de heridos.
La organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York, dijo que los muertos sumaban ya 233. Era imposible precisar la cifra debido a la dificultad para tener acceso a la información.
La titular de la ACNUDH, Navi Pillay, reclamó una investigación y dijo que los ataques sistemáticos a la población civil "podrían constituir delitos de lesa humanidad".
Líderes mundiales expresaron indignación. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, pidió a Gadafi que detenga el "derramamiento de sangre inaceptable" y dijo que el mundo seguía los sucesos "con consternación".
Mohamed Alí, miembro del Frente de Salvación Libio, y un vecino de Trípoli, que habló bajo la condición de anonimato por miedo a las represalias, dijeron que había decenas de cuerpos en las calles de Fashloum, donde los gadafistas abrieron fuego la noche anterior.
Ambos dijeron que los habitantes de la capital permanecían en sus casas el martes, después de la advertencia de los gadafistas de que dispararían contra cualquiera que saliese a la calle.
La prensa occidental en general tiene vedado el ingreso al país y no fue posible obtener una confirmación independiente de los informes.
Milicianos gadafistas recorrían las calles con altoparlantes y advertían a la gente que no saliera de sus casas, dijeron testigos, mientras las fuerzas de seguridad trataban de impedir que el malestar que comenzó en el este del país -y dejó a Bengasi, la segunda ciudad de país, bajo control de los manifestantes- se apoderara de la capital de 2 millones de habitantes.
En un discurso transmitido por la televisión estatal, Gadafi anunció también reformas para "una nueva república".
El líder libio advirtió que si la situación no se normaliza en los próximos días encabezará un movimiento "con el apoyo de millones de habitantes del desierto que limpiará Libia casa por casa".
Gadafi aseguró que está "fuera de toda duda su dimisión" que los manifestantes le reclaman desde el 17 de febrero pasado.
El líder libio añadió que él no se considera un presidente sino "un dirigente de la revolución".
"Si yo fuera presidente les tiraría mi dimisión a la cara, pero yo soy el líder de la revolución, cogeré mi fusil, permaneceré en Libia y derramaré hasta la última gota de mi sangre", aseguró en su discurso.
Respecto a los manifestantes que reclaman justicia y libertad dijo:"son unos jóvenes de 16 a 17 años que se drogan y están manipulados por los agentes de los servicios secretos extranjeros".
Con un tono en ocasiones amenazante en otras conciliador ha asegurado que aquellos que levantan sus armas contra Libia son merecedores de la pena de muerte y en esta ocasión no habrá perdón aunque "lo pidan sus familias" y las autoridades pudieran proceder a su reeducación.
Reacciones
Las reacciones al discurso de Gadafi no han tardado en producirse, tanto en Libia como en la comunidad internacional.
En Trípoli, los habitantes de esta ciudad han recibido el discurso con rechazo. La cadena qatarí, Al Jazira, también ha recogido las reacciones en Bengasi donde ciudadanos han tirado sus zapatos contra pantallas gigantes desde donde sus habitantes seguían las declaraciones de Gadafi.
La misma cadena ha manifestado que los disparos se han sucedido en diversos puntos de la capital libia, después de la intervención del mandatario libio, entre mercenarios y manifestantes, sin precisar si han habido nuevas víctimas.
Por su parte la Liga Árabe suspenderá "inmediatamente" a Libia en su calidad de miembro.
Se agudiza la crisis
La extensión de los disturbios a la capital tras una semana de protestas y cruentos enfrentamientos en las ciudades del este revela una fuerte agudización de la crisis. Las fuerzas de seguridad desataron la represión más fuerte de cualquier país árabe tras la ola de protestas que barre la región y que ha provocado la caída de los gobiernos tunecino y Egipcio.
La Alta Comisión de la ONU para los Derechos Humanos dijo que, de acuerdo con fuentes del país, la represión había causado más de 250 muertos y centenares de heridos.
La organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York, dijo que los muertos sumaban ya 233. Era imposible precisar la cifra debido a la dificultad para tener acceso a la información.
La titular de la ACNUDH, Navi Pillay, reclamó una investigación y dijo que los ataques sistemáticos a la población civil "podrían constituir delitos de lesa humanidad".
Líderes mundiales expresaron indignación. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, pidió a Gadafi que detenga el "derramamiento de sangre inaceptable" y dijo que el mundo seguía los sucesos "con consternación".
Mohamed Alí, miembro del Frente de Salvación Libio, y un vecino de Trípoli, que habló bajo la condición de anonimato por miedo a las represalias, dijeron que había decenas de cuerpos en las calles de Fashloum, donde los gadafistas abrieron fuego la noche anterior.
Ambos dijeron que los habitantes de la capital permanecían en sus casas el martes, después de la advertencia de los gadafistas de que dispararían contra cualquiera que saliese a la calle.
La prensa occidental en general tiene vedado el ingreso al país y no fue posible obtener una confirmación independiente de los informes.
Milicianos gadafistas recorrían las calles con altoparlantes y advertían a la gente que no saliera de sus casas, dijeron testigos, mientras las fuerzas de seguridad trataban de impedir que el malestar que comenzó en el este del país -y dejó a Bengasi, la segunda ciudad de país, bajo control de los manifestantes- se apoderara de la capital de 2 millones de habitantes.
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