Blanco&negro
“El presidente Santos ha sido errático ante el paro”
NACIÓN ‘El País’ de España publica un análisis en el que se afirma que el mandatario improvisa y ha sido “imprudente”
El diario español consideró como errático el actuar del presidente colombiano.
Foto: SEMANA
El diario El País, de España, publica en su edición de este viernes un duro análisis de la situación de protesta que vive Colombia. “La respuesta del Gobierno ante el paro ha sido errática. Mientras el Ministro encargado de la Agricultura se reúne con los campesinos el de Defensa acusa a la
s FARC de haber infiltrado las protestas. Y Santos, con sus diferentes discursos sobre el paro ha causado más desconfianza que tranquilidad”, dice el medio español.
De entrada el titular de su edición electrónica es contundente: “El Gobierno de Colombia despliega al Ejército para aplacar una protesta campesina”.
En el reportaje, el rotativo madrileño dice que analistas califican el manejo que el presidente Santos ha dado al paro como imprudente, torpe e, improvisado. Ricardo Galán experto en comunicación política, aseguró que el manejo ha sido muy torpe desde antes de que iniciara la protesta porque anuncios como los hechos esta mañana se hubieran podido hacer hace tres meses y con eso se había evitado la convocatoria.
Y cuenta que en eso coincide Héctor Riveros, consultor en seguridad y convivencia ciudadana, quien asegura que el Presidente ha tomado decisiones en el sentido correcto, pero tardías. “Por qué un Presidente que lleva más de tres años de gobierno dice que aquí hace mucho no hay política agraria. Bien que lo reconozca, pero es que lleva tres años de presidente”.
El presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, quien pertenece a la coalición del Gobierno no lo ve así. Asegura que al Gobierno Santos le reventó una crisis crónica del sector agropecuario colombiano que viene desde hace dos décadas y por eso de lo que se puede acusar al Presidente es de no haberla advertido a tiempo.
“El presidente ha aceptado con sensatez y con humildad que hay una crisis, que hay sectores golpeados y esta crisis debe servir para hacer lo que se debía haber hecho hace tiempo y es impulsar un cambio en el modelo agropecuario del país”, aseguró.
El diario dice, además, pero lo errático del discurso de Santos no solo ha estado en la negación y aceptación del paro y de las protestas sino también en el manejo de la protesta social. El gobierno de Santos, desde que se inició, ha alentado un proceso de movilización y de búsqueda de diálogo social y lo ha ratificado con las negociaciones en la Habana. “Es un gobierno que plantea reformas al campo, apertura al diálogo y la gente aprovecha y protesta”, dijo el analista León Valencia.
Santos, agregó, no tiene una estrategia de diálogo social nacional, está a la defensiva y no tiene un paquete de reformas claras para ofrecer. En lugar de escuchar a los campesinos, desde el primer día de manifestaciones Santos ordenó a la Policía desalojar las vías y controlar cualquier tipo de protesta. El resultado fueron decenas de imágenes de los hombres del Esmad golpeando campesinos por todo el territorio nacional.
“La sensación es que al pobre campesino lo maltratan, lo ignoran, lo persiguen y eso es porque no es campesino, no es bueno. Eso genera graves problemas en los estratos bajos”, dijo Valencia citado por El País.
Y para Santos, la pérdida del control de la seguridad es un tema recurrente, que ha sido presionado por el expresidente Álvaro Uribe, quien lo llevó a la presidencia y hoy es su principal opositor. Ahí el discurso de Santos también ha sido ambivalente. Mientras que promueve la protesta social también permite el uso de la fuerza contra campesinos y estudiantes.
“Es un golpe al liderazgo de Santos, no ha logrado convocar al país y no le reconocen liderazgo, no entienden por qué sí diálogo abierto con organizaciones subversivas y no con los ciudadanos que hacen sus reclamos”, explicó el analista uribista Rafael Guarín.
Lo que se juega Santos no es poco. A un año de las elecciones presidenciales, peligra su posible reelección. “Está alejando la posibilidad porque se está alejando del pueblo”, dijo Galán.
Igual lo ve Guarín, quien cree que la respuesta del Gobierno al paro golpea la capacidad de maniobra actual del gobierno y puede tener implicaciones serias y es que el eje de la próxima campaña presidencial cambie de la seguridad y la paz por el de los problemas sociales.
El gobierno ha dicho que, tanto desde las FARC como desde el uribismo, se está aprovechando políticamente la protesta campesina y les ha acusado de instigar a los manifestantes.
“La inmensa mayoría de las peticiones de los campesinos son justas y válidas, pero tampoco podemos desconocer que hay políticos oportunistas pescando en el río revuelto de la justa protesta social”, dijo Cristo, quien cree que detrás el vandalismo y las acciones delincuenciales que han surgido paralelas al paro hay sectores interesados en generar un clima que le genere dificultades al gobierno, concluye en su nota El País.
De entrada el titular de su edición electrónica es contundente: “El Gobierno de Colombia despliega al Ejército para aplacar una protesta campesina”.
En el reportaje, el rotativo madrileño dice que analistas califican el manejo que el presidente Santos ha dado al paro como imprudente, torpe e, improvisado. Ricardo Galán experto en comunicación política, aseguró que el manejo ha sido muy torpe desde antes de que iniciara la protesta porque anuncios como los hechos esta mañana se hubieran podido hacer hace tres meses y con eso se había evitado la convocatoria.
Y cuenta que en eso coincide Héctor Riveros, consultor en seguridad y convivencia ciudadana, quien asegura que el Presidente ha tomado decisiones en el sentido correcto, pero tardías. “Por qué un Presidente que lleva más de tres años de gobierno dice que aquí hace mucho no hay política agraria. Bien que lo reconozca, pero es que lleva tres años de presidente”.
El presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, quien pertenece a la coalición del Gobierno no lo ve así. Asegura que al Gobierno Santos le reventó una crisis crónica del sector agropecuario colombiano que viene desde hace dos décadas y por eso de lo que se puede acusar al Presidente es de no haberla advertido a tiempo.
“El presidente ha aceptado con sensatez y con humildad que hay una crisis, que hay sectores golpeados y esta crisis debe servir para hacer lo que se debía haber hecho hace tiempo y es impulsar un cambio en el modelo agropecuario del país”, aseguró.
El diario dice, además, pero lo errático del discurso de Santos no solo ha estado en la negación y aceptación del paro y de las protestas sino también en el manejo de la protesta social. El gobierno de Santos, desde que se inició, ha alentado un proceso de movilización y de búsqueda de diálogo social y lo ha ratificado con las negociaciones en la Habana. “Es un gobierno que plantea reformas al campo, apertura al diálogo y la gente aprovecha y protesta”, dijo el analista León Valencia.
Santos, agregó, no tiene una estrategia de diálogo social nacional, está a la defensiva y no tiene un paquete de reformas claras para ofrecer. En lugar de escuchar a los campesinos, desde el primer día de manifestaciones Santos ordenó a la Policía desalojar las vías y controlar cualquier tipo de protesta. El resultado fueron decenas de imágenes de los hombres del Esmad golpeando campesinos por todo el territorio nacional.
“La sensación es que al pobre campesino lo maltratan, lo ignoran, lo persiguen y eso es porque no es campesino, no es bueno. Eso genera graves problemas en los estratos bajos”, dijo Valencia citado por El País.
Y para Santos, la pérdida del control de la seguridad es un tema recurrente, que ha sido presionado por el expresidente Álvaro Uribe, quien lo llevó a la presidencia y hoy es su principal opositor. Ahí el discurso de Santos también ha sido ambivalente. Mientras que promueve la protesta social también permite el uso de la fuerza contra campesinos y estudiantes.
“Es un golpe al liderazgo de Santos, no ha logrado convocar al país y no le reconocen liderazgo, no entienden por qué sí diálogo abierto con organizaciones subversivas y no con los ciudadanos que hacen sus reclamos”, explicó el analista uribista Rafael Guarín.
Lo que se juega Santos no es poco. A un año de las elecciones presidenciales, peligra su posible reelección. “Está alejando la posibilidad porque se está alejando del pueblo”, dijo Galán.
Igual lo ve Guarín, quien cree que la respuesta del Gobierno al paro golpea la capacidad de maniobra actual del gobierno y puede tener implicaciones serias y es que el eje de la próxima campaña presidencial cambie de la seguridad y la paz por el de los problemas sociales.
El gobierno ha dicho que, tanto desde las FARC como desde el uribismo, se está aprovechando políticamente la protesta campesina y les ha acusado de instigar a los manifestantes.
“La inmensa mayoría de las peticiones de los campesinos son justas y válidas, pero tampoco podemos desconocer que hay políticos oportunistas pescando en el río revuelto de la justa protesta social”, dijo Cristo, quien cree que detrás el vandalismo y las acciones delincuenciales que han surgido paralelas al paro hay sectores interesados en generar un clima que le genere dificultades al gobierno, concluye en su nota El País.
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