Blanco&negro
El dinero emigra de España
el país sigue estando en el grupo considerado "de riesgo" por inversionistas y organismos financieros junto a Italia, Irlanda, Grecia y Portugal, los coloquialmente llamados PIGS, por sus iniciales en inglés y que se traduce como "cerdos".
Una decisión dice más que mil palabras: al menos US$23.000 millones que los bancos extranjeros tenían en España han sido retirados en los últimos meses. En términos técnicos, los inversionistas extranjeros "redujeron su exposición". En términos reales significa que dudan de la recuperación del país.
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Lo que está pasando en estos días en los mercados internacionales, y especialmente en España, con caídas espectaculares en las bolsas y medidas de ajuste que no funcionan pese a su severidad, ratifica el dicho aquel de: "no hay nada más cobarde que un millón de dólares".
El dicho no pasaría de ser una afirmación pintoresca si no fuera porque no se trata de un millón, sino de miles de millones de dólares que están saliendo de España, básicamente porque los inversionistas no confían en su recuperación.
Por eso se llevaron más de US$23.000 millones de la banca durante el primer trimestre de 2011, según el Banco de Pagos Internacional, la más antigua y prestigiosa de las instituciones financieras internacionales y, quizá por eso mismo, la más desconocida.
El mejor termómetro para medir esa desconfianza es la llamada "prima de riesgo", la tasa adicional que debe pagar España para que los inversionistas le presten dinero, que en las últimas semanas ha fluctuado entre 250 y 400 puntos.
Es decir, para que los inversionistas compren su deuda, España tiene que ofrecer un interés entre 2,5 y 4% superior al que ofrece Alemania, considerado el país más solvente entre los que componen la zona Euro.
La enfermedad y el remedio
Pero si la prima de riesgo es la fiebre, la salida de los inversionistas es la tos. Los inversionistas, principalmente británicos y alemanes, han preferido distanciarse de la banca española e invertir en valores "refugio", como los bonos alemanes, el franco suizo, o el oro. De hecho, mientras en España se redujo la exposición de los inversionistas extranjeros a la banca, en Alemania esta exposición aumentó. Y casi en la misma proporción (-3,4% en España, +3,1% en Alemania).
"El país sigue estando en el grupo considerado "de riesgo" por inversionistas y organismos financieros junto a Italia, Irlanda, Grecia y Portugal, los coloquialmente llamados PIGS, por sus iniciales en inglés"
Y es que, a pesar de que ha aplicado de manera diligente y casi inmediata las recetas sugeridas por el Banco Central Europeo, recomendadas por los organismos internacionales y casi impuestas por el mercado, España no logra dar imagen de confianza.
De hecho, el país sigue estando en el grupo considerado "de riesgo" por inversionistas y organismos financieros junto a Italia, Irlanda, Grecia y Portugal, los coloquialmente llamados PIGS, por sus iniciales en inglés y que se traduce como "cerdos".
De hecho, y aunque de oficialmente se niega esa posibilidad, los analistas del mercado financiero no descartan que algunos de estos "cerdos" serán sacrificados para evitar el contagio con el resto de la piara. En una palabra: los echarán de la zona Euro.
Dime cuánto debes…
La preocupación de los inversionistas gira en torno a la capacidad de España de hacer frente a su deuda, la pública y la privada. Lo que deben los gobiernos (central, regionales y municipales) ronda el 70% del Producto Interior Bruto (la suma de todos los bienes y servicios que se producen durante un año). Es decir, por cada 10 euros que produce la economía española, el gobierno debe 7.
Pero si hablamos de deuda privada, lo que deben los ciudadanos y las empresas, la cifra se va a casi 300%. O lo que es lo mismo, por cada euro que se produce en la economía española, los ciudadanos y las empresas deben 3.
Si la economía no crece, esto es, si el PIB no aumenta en los próximos años, esta deuda privada será impagable y los bancos españoles tendrán graves problemas para subsistir, a pesar de los rescates financieros y las medidas de ajuste. Aunque los políticos españoles hablan de confianza en la recuperación, los banqueros de España ya advertían esta semana que "difícilmente" se alcanzarán las cuotas de crecimiento previstas por el gobierno.
De hecho, las propias necesidades de financiación del gobierno "lo hacen vulnerable a una retirada de la demanda de los bancos e inversores institucionales nacionales", según advertía el jueves el FMI.
Lo cual quiere decir, que aquellos más de US$23.000 millones que se fueron de España en el primer trimestre de 2011, casi con certeza, no serán los últimos.
El dicho no pasaría de ser una afirmación pintoresca si no fuera porque no se trata de un millón, sino de miles de millones de dólares que están saliendo de España, básicamente porque los inversionistas no confían en su recuperación.
Por eso se llevaron más de US$23.000 millones de la banca durante el primer trimestre de 2011, según el Banco de Pagos Internacional, la más antigua y prestigiosa de las instituciones financieras internacionales y, quizá por eso mismo, la más desconocida.
El mejor termómetro para medir esa desconfianza es la llamada "prima de riesgo", la tasa adicional que debe pagar España para que los inversionistas le presten dinero, que en las últimas semanas ha fluctuado entre 250 y 400 puntos.
Es decir, para que los inversionistas compren su deuda, España tiene que ofrecer un interés entre 2,5 y 4% superior al que ofrece Alemania, considerado el país más solvente entre los que componen la zona Euro.
La enfermedad y el remedio
Pero si la prima de riesgo es la fiebre, la salida de los inversionistas es la tos. Los inversionistas, principalmente británicos y alemanes, han preferido distanciarse de la banca española e invertir en valores "refugio", como los bonos alemanes, el franco suizo, o el oro. De hecho, mientras en España se redujo la exposición de los inversionistas extranjeros a la banca, en Alemania esta exposición aumentó. Y casi en la misma proporción (-3,4% en España, +3,1% en Alemania).
"El país sigue estando en el grupo considerado "de riesgo" por inversionistas y organismos financieros junto a Italia, Irlanda, Grecia y Portugal, los coloquialmente llamados PIGS, por sus iniciales en inglés"
Y es que, a pesar de que ha aplicado de manera diligente y casi inmediata las recetas sugeridas por el Banco Central Europeo, recomendadas por los organismos internacionales y casi impuestas por el mercado, España no logra dar imagen de confianza.
De hecho, el país sigue estando en el grupo considerado "de riesgo" por inversionistas y organismos financieros junto a Italia, Irlanda, Grecia y Portugal, los coloquialmente llamados PIGS, por sus iniciales en inglés y que se traduce como "cerdos".
De hecho, y aunque de oficialmente se niega esa posibilidad, los analistas del mercado financiero no descartan que algunos de estos "cerdos" serán sacrificados para evitar el contagio con el resto de la piara. En una palabra: los echarán de la zona Euro.
Dime cuánto debes…
La preocupación de los inversionistas gira en torno a la capacidad de España de hacer frente a su deuda, la pública y la privada. Lo que deben los gobiernos (central, regionales y municipales) ronda el 70% del Producto Interior Bruto (la suma de todos los bienes y servicios que se producen durante un año). Es decir, por cada 10 euros que produce la economía española, el gobierno debe 7.
Pero si hablamos de deuda privada, lo que deben los ciudadanos y las empresas, la cifra se va a casi 300%. O lo que es lo mismo, por cada euro que se produce en la economía española, los ciudadanos y las empresas deben 3.
Si la economía no crece, esto es, si el PIB no aumenta en los próximos años, esta deuda privada será impagable y los bancos españoles tendrán graves problemas para subsistir, a pesar de los rescates financieros y las medidas de ajuste. Aunque los políticos españoles hablan de confianza en la recuperación, los banqueros de España ya advertían esta semana que "difícilmente" se alcanzarán las cuotas de crecimiento previstas por el gobierno.
De hecho, las propias necesidades de financiación del gobierno "lo hacen vulnerable a una retirada de la demanda de los bancos e inversores institucionales nacionales", según advertía el jueves el FMI.
Lo cual quiere decir, que aquellos más de US$23.000 millones que se fueron de España en el primer trimestre de 2011, casi con certeza, no serán los últimos.
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