Besos improvisados
En los grandes momentos saben mejor. Los triunfos se celebran con besos y son la mejor excusa para no recibir un tortazo a cambio. Besos de todos los colores y de todas las épocas con algo en común. Todos son robados.
Pueden ser sonoros, románticos, de película o de tornillo. Pero, sin duda, los más divertidos son los inesperados. Como el que el entusiasmado capitán de la selección española le estampó a su novia en plena entrevista, minutos después de levantar la Copa del Mundo. La periodista se quedó helada y pudo, a duras penas, devolver la conexión a sus compañeros.
Sin embargo, los aficionados de la roja celebraron a voz en grito la espontaneidad de Casillas. El ingenio combinado con la cerveza es peligroso y las cancioncillas corrieron como la pólvora por las calles de Madrid. Ahora, la reportera más señalada tendrá que aguantar con estoicismo alguna que otra rima poco ortodoxa entre "portero" y "Carbonero". Sólo es un beso, pero ha dado mucho que hablar. Un beso es la mejor manera de celebrar un mundial. De hecho, la mejor manera de celebrar cualquier cosa.
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