Blanco&negro
Partidos se acomodan
al escenario político
Arrancó la campaña política en Colombia.
El expresidente Álvaro Uribe en el
lanzamiento de su campaña, acompañado de sus exministros Oscar Iván Zuluaga y
María del Rosario Guerra./Cortesía ‘El
Informador’
Con la misma estrategia con la que empezó la campaña que lo llevó a la
Presidencia en 2002, el exmandatario Álvaro Uribe Vélez presentó en Santa Marta
su proyecto político Centro Democrático con una meta específica: “La retoma del
poder”. Le madrugó a una disputa electoral que promete un duro enfrentamiento
con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, quien construye su propia
estrategia electoral, con el apoyo de los partidos que integran la Unidad
Nacional y uno que otro coequipero que terminará por sumarse para ganar en las
urnas.
En la capital del Magdalena, acompañado por lo más
selecto de su guardia pretoriana —el exvicepresidente Francisco Santos, los
exministros Óscar Iván Zuluaga y Marta Lucía Ramírez, el senador Juan
Carlos Vélez, el exgobernador Luis Alfredo Ramos y el presidente de
Fedegán, José Felix Lafaurie—, Uribe lanzó su plataforma política. Los pilares
de su discurso están cantados: oposición al proceso de paz que se adelanta
entre el Gobierno y las Farc en Cuba y la defensa de su principal bandera: la
Seguridad Democrática, que asegura ha sido descuidada por Santos.
El abrebocas de lo que será la arena política en
los próximos meses se dio en Riohacha, a donde llegó Uribe el pasado viernes,
acompañado de uno de sus precandidatos a la Presidencia, el exministro Óscar
Iván Zuluaga. Sin embargo, como en todo tinglado político que se respete, en la
capital de La Guajira el gobierno Santos hizo lo propio. Primero a través del
ministro de las TIC, Diego Molano, quien acudió allí para entregar más de mil
tabletas digitales y a inaugurar el punto Vive Digital para la región, y no muy
lejos la avanzada política oficialista.
A Riohacha también llegó el ministro de
Vivienda, Germán Vargas Lleras. Lo hizo para poner en marcha el proyecto
de entrega de casas gratuitas para La Guajira. Por otro lado, el vicepresidente Angelino Garzón también
apareció con el pretexto de hacerles seguimiento a las políticas públicas de
derechos humanos en la región. Sin querer queriendo, más de 20
congresistas se sumaron como por encanto, algunos declarados santistas y otros,
como resulta habitual en su profesión, que le prenden una vela al ‘santo’ que
mejor alumbre.
Lo que se vivió en La Guajira puede ser la antesala
de lo que vivirá el país en los próximos meses: algunos que han enarbolado las
banderas del santismo en la capital no tuvieron ningún problema en compartir tarima
con Uribe. Los más visibles: los congresistas del Partido de la U, el representante
Alfredo Deluque y el senador Jorge Ballesteros. Incluso este último
invitó al exmandatario a una reunión política que se realizó ayer. De lo que se
habló, seguramente se conocerá en el curso de los días.
Otra peculiar coincidencia
dejó presagios. A la tradicional Fiesta a la Virgen de los Remedios, por
coincidencia o no, llegaron el vicepresidente Garzón y el expresidente Uribe.
Nadie confirmó si hubo encuentro personal entre los dos dirigentes. Lo que pudo
establecer El Espectador es que la hija de Angelino Garzón, Ángela Garzón,
seguramente va a integrar la lista de candidatos al Senado por el uribismo.
Como para atar cabos sueltos, hace pocos días el vicepresidente declaró: “Si
Santos va a la reelección no seré candidato a nada. Si no va, quedo en
libertad”.
Lo ocurrido en Riohacha constituye una buena muestra de lo que se
empieza a proyectar en el entorno político. El liberalismo ha tomado la
decisión de ignorar la fuerza del uribismo en las próximas elecciones, pero no
sabe cómo va a superar su propia puja por el poder. El exministro Horacio Serpa
parece decidido a ser cabeza de lista al Senado. El expresidente Ernesto Samper
postuló a su hijo, el viceministro de Justicia, Miguel Samper, para que sea
primer renglón a la Cámara por Bogotá. El exmandatario César Gaviria también
pretende que su hijo Simón Gaviria continúe dirigiendo el partido.
Como en la perinola, todos juegan. El ministro
Germán Vargas tiene los ojos puestos en el liberalismo. Con distintas opciones:
disolver su partido Cambio Radical y entrar pisando fuerte como bastión del
santismo. El Partido Conservador, en su eterna encrucijada de los últimos
tiempos. Mientras la exministra Marta Lucía Ramírez y los senadores José
Darío Salazar y Liliana Rendón plantean la necesidad de conformar
coalición con el Centro Democrático, el presidente de la colectividad, Efraín
Cepeda, quiere apagar el incendio recordando que en 163 años de historia nunca
el partido ha renunciado a sus propias listas.
Hasta las tercerías están indecisas. Permeado por
la influencia de Uribe, el Partido Verde ya vive su crisis. La renuncia de
Enrique Peñalosa a la colectividad y la decisión de su escudera, la senadora
Gilma Jiménez, de no participar más de la coalición de Unidad Nacional, son
señales de lo que puede suceder en los próximos meses. Con el riesgo de perder
su personería jurídica, a los verdes les queda pensar que el gobernador de
Antioquia, Sergio Fajardo, dicte alguna directriz, o que el exalcalde de Bogotá
Antanas Mockus decida regresar de frente a la arena política.
Una decisión con otro telón de fondo a la vista. El movimiento Progresistas, disidente del Polo
Democrático, trata de avanzar hacia un acuerdo político con el Partido Verde,
como lo admitió el exsecretario de Gobierno de Bogotá Antonio Navarro, en
entrevista con El Espectador. Pero entre los verdes también hay
santistas, como el alto consejero para el Diálogo Social, Lucho Garzón, o el
presidente de la colectividad, Alfonso Prada. Ellos le apuestan a mantenerse en
la Unidad Nacional, pero a la hora de la desbandada no dejan de ser políticos.
En pocas palabras, en el marco de la disputa Uribe-Santos, cada quien
hace sus apuestas. El presidente se la juega por mantener la fuerza de la
coalición de Unidad Nacional, apoyado por el lanzamiento a la arena política de
miembros de su gobierno como David Luna, Carlos Fernando Galán, Cristina
Plazas, Alejandro Char y Gina Parody, quienes no han confirmado sus
aspiraciones. Uribe sigue fiel a su estrategia: configurar un movimiento
político con el respaldo de sus escuderos y la disidencia de los partidos
políticos. ¿Qué va a suceder en los próximos meses? La pelea apenas empieza.
La polémica
estrategia del expresidente Uribe
Una de las banderas que ha usado el expresidente Álvaro Uribe para
hacerle oposición al gobierno de Juan Manuel Santos ha sido el fallo de la
Corte Internacional de La Haya, que redefinió el mapa marítimo del país. El
exmandatario ha insistido en desacatar la decisión del máximo tribunal
internacional.
En el marco de su campaña política, de cara a las elecciones al Congreso
y la Presidencia de la República, Uribe ha anunciado recorrer el país. Hoy San
Andrés será el escenario desde donde hará oposición.
Por otro lado, no ha dejado de generar polémica la publicación, desde su
cuenta en Twitter, de unas fotografías en las que se ven los cuerpos sin vida
de los tres policías asesinados en zona rural de Maicao (La Guajira),
presuntamente por las Farc. Estas estrategias han desatado polémica, pues hay
quienes señalan que no se debe hacer política ni con asuntos de soberanía ni
con la muerte de miembros de la Fuerza Pública.
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